La prisionera de Roma

Sinceramente creo que nos he hecho un flaco favor tanto a la novela como a mí misma al leerla en este momento de mi vida. Estoy segura que en otras circunstancias personales hubiera disfrutado mucho de este libro, pero en estos momentos en los que me encuentro, sé que lo que realmente hubiera necesitado es otro tipo de novela. Esto no quiere decir que este libro no me haya gustado, ni mucho menos. Es un libro realmente bueno y muy interesante, que sin ser perfecto cumple muy bien lo que se espera de él y lo que promete.

Lo que más me gustado de él, y que sin duda alguna es su punto fuerte, es la ambientación de la época en la que todo sucede y los distintos lugares históricos que encontramos a lo largo de la historia, como el autor reproduce lo más fielmente posible todos los marcos religiosos, políticos, económicos y sociales de lugares como Palmira, el imperio romano, Mesopotamia o Alejandría. Se nota todo el trabajo que el autor ha tenido que llevar acabo para conseguir esto (Solo hay que ver la gran cantidad de bibliografía que presenta en las páginas finales del volumen) y el mismo y el empeño que has puesto en ello, consiguiendo transportar al lector al mundo romano y oriental del siglo III con todas sus complejidades y luchas. En serio, es como si realmente estuvieras ahí mientras lees, en medio de las intrigas políticas del ejército y el senado romanos, en la biblioteca de Alejandría o en La Meca pre-Islamica, por ejemplo. Es cierto que hay varias páginas y escenas que no aportan nada a la trama y que solo sirven para que se expanda más las particularidades de la época histórica y de su sociedad, pero a mi modo de ver esto no es necesariamente malo, nos permite poder ahondar más en el contexto histórico. Es cierto que no deja de ser una novela de ficción histórica, y que el escritor se toma ciertas licencias narrativas, para lo cual está muy bien las últimas páginas del libro en las cuales explica que hay de verdad y que no en su obra.

Realmente me ha parecido una novela muy didáctica y muy bien llevada.El lector aprende no solo los hechos históricos más importantes de un momento oscuro e intenso en la historia de Roma, también muchas curiosidades, anécdotas y personajes que facilitan su introducción en este mundo de religiones, políticas y guerras. José Luis corral tiene una prosa muy amena, y logra que lo que puede hacerse denso o difícil de entender quede muy claro para el lector, consiguiendo que ningún momento se pierda en los muchísimos acontecimientos y hechos que narran su la epopeya que dedica a uno de los personajes femeninos de la historia antigua más interesantes, la reina Zenobia de Palmira. Reconozco totalmente que la fascinación que siempre sentido por esta mujer ha sido el principal motivo que me ha animado a leer este libro. Y creo que el autor realmente logra plasmar muy bien no solo la complejidad de todo lo que acaeció durante su vida, también logra plasmar muy bien la fascinación que está reina (que tuvo la audacia de soñar con plantarle cara a la todopoderosa Roma, y crear su propio imperio, algo que rozo con la punta de los dedos) ha ejercido a lo largo de los siglos tanto ella como la ciudad de Palmira, un lugar realmente mágico y fascinante, escenario de una historia a su altura.

No obstante, es en la propia Zenobia y en el resto de personajes donde veo el punto débil de la novela. Aunque son personajes muy individualizados y bien caracterizados, con características personales propias, no he notado que ninguno de ellos me haya llegado al alma, ninguno de ellos ha logrado que lo sienta cercano a mi, me han parecido muy fríos y lejanos. Quizás la excepción sea Aureliano, uno de los emperadores más importantes y trascendentales de toda la historia de Roma, y que a la vez es un gran desconocido para el gran publico pese a lo mucho que hizo en su corto mandato, y, por supuesto, en la propia Zenobia, aunque en menor medida. Y eso me ha dao un poco de rabia. Es obvio que debió de ser una mujer de armas tomar y de una inteligencia superior a la media, pero al mismo tiempo al caracterizarla como un ser tan superior, bello e inteligente, al endiosarla de esa forma, creo que el autor ha hecho que sea muy difícil empatizar realmente con ella, ya que el 90 % de la novela no comete ningún error, y es alabada y admirada por todos los personajes que hay a su alrededor. Es cierto que no es un personaje totalmente blanco o negro, tiene algún momento en los que se humaniza totalmente, pero creo que el autor no ha sabido llevar bien esto. En ese sentido creo que ha tenido mucho que ver la frialdad y la simpleza de los diálogos. Es cierto que son muy ágiles, muchos de ellos han hecho avanzar la trama y han aportado muchos datos a la misma, pero al mismo tiempo me han parecido muy impersonales y carentes de sentimientos, No tanto en lo que decían por la manera en que el autor escribía como lo decían.En ellos no percibía la esencia del carácter que estaba hablando, si no fuera por el contexto o el tema a tratar, me hubiera parecido perfectamente posible que esas palabras las hubiera dicho cualquier otro personaje, tan poca esencia es la que percibía en ellos.

Como he dicho antes “La Prisionera de Roma” es una excelente novela que cumple muy bien. Se nota mucho que Corral es profesor de historia y que está acostumbrado a escribir artículos y ensayos históricos, más que un buen narrador de novelas le interesa más dar datos y contar su historia, de ahí que cree una novela con una prosa sencilla pero efectiva, pero que no llega a conmover al lector, y hace que le cueste mucho conectar con lo que cuenta. No obstante insisto: lo mejor que tiene es sus bases históricas, incluso cuando el escritor se permite salirse algo de los parámetros históricos que conocemos a ciencia cierta, (pues como el lector interesado en la reina de Palmira sabrá, la posibilidad de que se convirtiera en una sobria matrona romana es solo una de tantas que se han barajado sobre su destino al fracasar su levantamiento contra Roma) la forma de llevar acabo la ambientación está muy lograda.