Diana Wynne, crea mundos mágicos complejos y completos, con personajes naturales y simpáticos que tienes que leer. No sentí pasar las páginas, y esto pocas veces me pasa, leer éste libro fue como estar en una fiesta, pasando de ritmos tranquilos a otros más acelerados, pero todo en una sincronía bastante natural. Y de vez en cuando había una sorpresa de lo más agradable, que termine la lectura con una gran sonrisa que incluso ahora reseñando después, no puedo evitar. |