La verdad sobre el caso Harry Quebert

Marcus Goldman es nuestro protagonista, un escritor al que conocemos en plena crisis de la página en blanco tras el éxito de su primera novela. Su editor no deja de perseguirlo para que le presente un nuevo borrador, ese que le exige el contrato y mientras tanto Marcus viaja de aquí para allí buscando inspiración de todas las maneras que se le ocurren. Desesperado, buscará la ayuda de su antiguo profesor, mentor y gran amigo Harry Quebert en Aurora, el pueblo en el que este reside y al que Marcus se ha escapado en varias ocasiones.

No mucho después de esta visita, Marcus se ve obligado a volver a Aurora al recibir una llamada: han encontrado el cuerpo de Nola Kellergan, desaparecida en 1975, en el jardín de su mentor, por lo que este ha sido acusado de asesinato y no solo eso, Harry admite que en el verano de ese mismo año mantuvo una relación con la víctima, lo que realmente no empeoraría las cosas si no fuera porque en ese momento ella tenía tan solo 15 años y Harry Quebert le doblaba la edad.

¿Qué me ha gustado de este libro? Por Dios, casi todo, aunque si tengo que escoger me quedo con que me han encantado muchas cosas que estoy segura de que en otros libros me habrían molestado. Estabais avisados de que soy así de coherente, quitad esas caras de extrañeza.

Marcus será nuestro único narrador, si dejamos de lado esas partes en las que nos trasladamos al pasado para que otros personajes nos cuenten lo que ocurrió en un momento u otro, normalmente sucesos que serán claves en la historia. Lo más destacable del narrador principal es que no sigue un línea cronológica clara si no que va dando saltos del presente al pasado y viceversa, constantemente. Por si eso no fuera suficiente, Marcus suele irse por las ramas y contarnos anécdotas que, en apariencia, no tienen nada que ver con el caso que nos ocupa pero que sirven para ir perfilando a los personajes. He aquí la primera incoherencia porque estoy segura de que si hubiera visto alguna reseña mencionando que el protagonista usa páginas y más páginas para contarnos que parece no tener ninguna importancia, probablemente le habría hecho un vade retro, Satanás a esta historia. No me gustan las historias demasiado descriptivas o cuando un autor se enrolla como una persiana, me he quejado de ello incluso con King, pero por contra con Dicker me ha encantado. Las historias de Marcus han conseguido mantenerme interesada a lo largo de todo el libro.

Cuando empecé la lectura me avisaron de que tuviera a mano la Biodramina y no tardé en comprender el por qué. La verdad sobre el caso Harry Quebert parece el misterio interminable, cuando creemos que ya está todo resuelto, la historia vuelve a dar un vuelco y nos manda de una patada al inicio. Cuando creemos tener calado a cierto personaje, volteamos la página y la realidad nos da una bofetada y es que esta historia es mucho más compleja de lo que puede parecer en un principio.

Aunque Marcus, Harry y Nola son los principales protagonistas, también tenemos una gran cantidad de secundarios sin los que nada sería posible. Los padres de Marcus (ya me he declarado fan incondicional de la madre), los habitantes de Aurora, el inspector de policía Gahalowood y algún otro personaje relacionado directamente con Nola. Absolutamente todos los personajes tienen sus luces y sus sombras y con eso Dicker consigue marearnos a lo largo de toda la lectura, con pruebas que apuntan a varios sospechosos y que lo cambian todo de un momento a otro. El ejemplo perfecto de esto sería el personaje de Nola, de quien nunca sabemos qué pensar realmente. ¿De verdad quería a Harry o tan solo era una manipuladora?

Otro detalle que me gustaría destacar es que los capítulos están numerados siguiendo una cuenta atrás y coincidiendo con los 31 consejos para escritores que Harry le ha ido dando a Marcus a lo largo de los años. Si Marcus ha conseguido aplicar o ha encontrado útiles esos consejos, es algo que deberéis descubrir vosotros.
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