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Crítica de Lyra


Lyra
07 August 2018
Se torna complicado escribir una reseña breve sobre esta historia que toque, al menos en líneas generales, todas las tramas y los aspectos que contiene la misma. Intentémoslo:

En 2008 un escritor de éxito, Marcus Goldman, en plena crisis creativa decide visitar a su mentor, Harry Quebert, quien vive retirado de la escritura y de la docencia en la población de Aurora, New Hampshire, en su mansión de Goose Cove. Allí, además de con los consejos de su antiguo profesor de facultad (1998), se encuentra con un secreto que ha permanecido escondido durante mucho tiempo: Harry a sus treinta y tantos años mantuvo una relación (1975) con Nola Kellergan, una joven del pueblo de tan solo quince años de edad. ¿Inspiró esa muchacha la obra magistral de Quebert, Los orígenes del mal? En ese mismo año, Nola desapareció y nunca se supo nada más de ella. ¿Cuenta Quebert todo lo que sabe?

Descolocado con el pasado de su mentor y apurado por los imperativos de su editor, Marcus debe volver a Nueva York. Poco tiempo después, el cadáver de Nola Kellergan es hallado con el manuscrito de Los orígenes del mal en el jardín de Harry Quebert, tras haber permanecido más de treinta años allí, y este es acusado de asesinato. La noticia es seguida muy de cerca por todos los medios del país y Marcus opta por regresar a Aurora y afanarse en descubrir lo que ocurrió realmente y en defender la inocencia de Harry escribiendo un libro sobre el caso. A partir de este punto, la novela se organiza en torno a tres líneas temporales: 1975,1998 y 2008, siendo esta última la que se alzará como el hilo conductor de la trama. También comenzará a desfilar ante los ojos del lector un elenco de variados personajes que aportará al relato las claves del misterio.

¿Por qué me gustó La verdad sobre el caso Harry Quebert?



1. Constituye un soplo de aire fresco en cuanto a la novela negra/policíaca se refiere. En esta obra el peso de la investigación lo lleva un escritor (y no un detective o un inspector), lo que aporta un punto de vista característico y novedoso. Así, la crítica al sector editorial y las reflexiones sobre metaliteratura tienen también cabida y otorgan al relato matices muy interesantes (recordemos que es un libro sobre un escritor -Marcus- que escribe un libro sobre un escritor -Harry-para demostrar la inocencia del último).




2. La alternancia de las tres líneas temporales arroja luz sobre momentos del pasado de la historia que de otra manera quedarían ensombrecidos para el lector. Así, se puede asistir al primer encuentro entre Marcus y su maestro, se puede conocer a un joven Harry Quebert enamorado de Nola e incluso a través de los informes policiales y de los testimonios de los testigos se puede seguir paso a paso la muerte de Nola.


3. La originalidad que el autor ha demostrado poseer queda muy bien plasmada en la peculiar disposición del contenido de la obra. Se leen al tiempo la historia de cómo Marcus Goldman escribe un libro sobre el caso Harry Quebert y el libro que finalmente Marcus escribe para demostrar la inocencia de Harry: es el mismo libro, el que el lector sujeta entre sus manos. Para hacer esto aún más evidente, los capítulos de comienzo a fin son una cuenta atrás y se acaba por el primero. Hay además un prólogo y un epílogo escritos por Marcus en los que explica los objetivos de su investigación y de su libro, y sus impresiones finales. Es una historia circular, completamente genial.



Por otro lado, los capítulos son cortos y al comienzo de cada uno de ellos se lee un consejo de Harry a Marcus sobre cómo escribir la obra perfecta o una explicación acerca de por qué existen personas que necesitan contar historias. He leído en algunas reseñas que a ciertos lectores tanta "palabrería" les cansó pero a mí me encantó cada una de las citas que encontré. En un libro sobre escritores, ¿de qué esperas que hablen?



4. En este libro uno se encuentra , a pesar de sus particularidades, con esas reconstrucciones de la escena del crimen y detalles forenses que tanto nos gustan a los aficionados a la novela negra y también con una de esas ambientaciones tipo "Agatha Christie" en las que todos los personajes saben o esconden algo. Aurora cumple a la perfección con el cliché (sí, cliché, pero que funciona) de lugar en el que en apariencia nunca pasa nada y todos los habitantes llevan una apacible vida, hasta que comienzan a salir a la luz trocitos de verdad. El lector llega a conocer tal cantidad de detalles sobre Aurora, sus calles y sus habitantes que la toma sin pensarlo dos veces como un escenario real (y no, no lo es) y se descubre con ganas de conocer la localidad y tomar allí un café, por lo que la creación de una ambientación tan real es otro punto positivo de la historia de Quebert.



5. La lectura en general presenta un ritmo muy ágil sin pasajes densos o episodios lentos. El estilo de Dicker en esta obra deslumbra por su versatilidad: la narración se dinamiza con la combinación de fragmentos divertidos (las desternillantes conversaciones telefónicas que mantiene con su madre o las simpáticas charlas que tiene con su secretaria o con su editor) y partes de un calado más reflexivo (sus momentos con Quebert) con la acción y la intriga propias de una novela negra. El autor hace gala de una pluma cuidada, a ratos muy sencilla y a veces más compleja, pero sin florituras o digresiones innecesarias. Son los diálogos la herramienta fundamental de la narración en detrimento de las descripciones o de otras técnicas.

6. La construcción de los personajes puede que sea, en cierta parte, el talón de Aquiles de Dicker, al menos en este libro (el único que por el momento leí de él). Nada que objetar sobre los protagonistas Quebert y Marcus, cuya complejidad y evolución personal son impecables, ni sobre algunos secundarios como Luther Caleb cuya aura de misterio es más que atractiva, o sobre la naturalidad del sargento Gahalowood que atraviesa las hojas del libro y te sienta en su balcón con él a tomar una cerveza. También se perdona que introduzca algunos topicazos como la madre obsesionada con el fracaso sentimental de su hijo a pesar de su éxito profesional, como la secretaria obnubilada con el encanto de su jefe -Marcus- o como el editor jefe sin escrúpulos y tiburón de las finanzas que persigue a su autor estrella... No son personalidades sorprendentes o trabajadas, pero te las crees y cumplen su función en la trama.


Pero..., ¿qué ocurre con Nola Kellergan? Analicemos: una chica de quince años que tiene embelesados a todos los varones del pueblo, que posee un encanto especial y una gracia natural que nunca se explican y que, en lugar de quedar con amigas de su edad, se dedica a pasar las tardes con un solitario escritor en ciernes para leer sus textos...¡y corregirlos! ¿Es creíble? Sí, bueno, ¿por qué no? Pero ante tales precedentes el lector atribuye a la joven ciertas capacidades mentales que dan al traste cuando Nola interviene en los diálogos con frases cortas, siempre exclamativas, cursis y tontas. ¿La chica es demasiado simple para construir oraciones complejas, pero no para corregir una novela? A mí esto no me cuadra, y es lo único que me sacó algo de quicio durante la lectura.


En general, recomiendo la novela muchísimo: un crimen sin resolver, una relación alumno-maestro inquebrantable, una intrincada investigación policial que parece no acabar nunca , los secretos e intereses financieros del mundo editorial, reflexiones literarias a doquier, una historia de amor poco convencional, misterios que se multiplican según avanza la historia, personajes inolvidables y un final de infarto, todo en un formato circular que atrapa al lector dentro del bucle del caso sobre Harry Quebert.

Enlace: https://ecosdecaliope.blogsp..
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