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Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
27 February 2018
Lo admito: no pertenezco a la legión de fans de Dicker. Leí La verdad sobre el caso Harry Quebert y no me pareció para tanto (más en la estructura narrativa, que a veces daba vueltas como una peonza sobre lo mismo y se repetía un montón, que en la historia o su potencial, que sí me gustó). Vamos, que no es que me disguste, pero no lo adoro. No me importaría leer el de los Baltimore, pero no voy a correr. Nos llevamos bien, pero todavía no nos queremos. Creo que se capta la idea xD.

Huelga decir entonces que este libro no lo compré, me lo regalaron estas navidades. Y yo más feliz que una perdiz porque es una cucada-monada de edición, y ya sabéis que yo es ver una edición bonita y perder todo el decoro que se le presupone a una inquilina de Netherfield. Y encima me encantan los relatos largos/novelas cortas. Así que me dispuse a conocer al Dicker de 19 años que tanto se pregona en la sinopsis.

El relato, ambientado en Siberia en 1903, comienza con un pueblo entero masacrado bajo las fauces y las garras de un enorme tigre. Los tigres no suelen atacar a las personas, pero este parece que se deleita mutilando, descuartizando, degollando y desangrando a sus víctimas, cuantas más mejor. Lo hace porque disfruta haciéndolo, no por necesidad. Aun así, curiosamente, de vez en cuando también decide perdonar a quien se cruza en su camino. Es decir, que estamos ante un tigre muy inteligente y calculador que trae de cabeza a Rusia y a su zar. Cuando este último pone precio a su cabeza y monedas de oro a cambio de su cadáver, es cuando entra en escena nuestro protagonista, Iván Levovitch. Iván será uno de los muchos rusos que cojan tren hacia Siberia para matar al depredador y hacerse ricos, y será a él a quien sigamos hasta dar con el tigre... o hasta que el tigre dé con él.

La historia está narrada de una manera sencilla pero muy cuidada, trasladándonos a una Siberia muy bien ambientada con sus mujiks, taigas e isbas. El relato, sobre todo en algunas escenas, tiene reminiscencias en el estilo muy claras a la literatura clásica rusa del XIX, pero también destila un regusto acusadísimo a clásico de aventuras anglosajón, a novelas y relatos que bien podrían haber salido de la imaginación de Kipling... a esas aventuras que nunca tienes muy claro cómo van a terminar, que no te aseguran el final feliz, que se adentran muchísimo en la psicología de sus personajes a pesar de la escasez de páginas y que cogen al protagonista, los suben a un caballo y le dan un palmada a la grupa. El personaje sale al galope, y nosotros galopamos con él sin saber hacia dónde nos lleva la aventura.

El relato, de apenas 36 páginas si descontamos las ilustraciones, tiene un fin, un fin que sabes desde el principio y que no es spoiler, porque cae de cajón, que es el más que posible enfrentamiento final entre Iván y el tigre. Sobre si tiene lugar ese enfrentamiento y su posible resultado, huelga decir que no voy a comentar nada, pero hasta que llegamos ahí, la historia, de manera sencilla pero muy pulcra, tal y como digo arriba, te lleva donde te quiere llevar, e incluso el autor se permite una escena que no ves venir, una escena cruel que no anticipas, y que, junto con el final, bien merece la lectura. El autor confronta al animal y al hombre, los dos son en algún momento de la historia tanto cazadores como presas, y queda por ver quién sale victorioso. Poco más se puede decir de una historia con tan poquitas páginas sin desvelar de más.

Sobre la historia en sí, para mí la referencia es muy evidente. Nada más comenzar la lectura me vino a la cabeza la que a mi parecer es casi con total seguridad la idea de la que nació este relato: a finales del siglo XIX (os hablo de un hecho real), en Tsavo, una parque nacional de Kenia, dos leones se dedicaron a matar a un montón de gente por el simple placer de matar (devoradores de hombres se les llamaba, y de hecho se llevaron por delante a más de cien personas), y ante el pánico que se generó, un militar, el coronel Patterson, les dio caza durante semanas hasta matarlos. Este caso real fue llevado al cine en 1996 en la película Los demonios de la noche, donde la lucha por saber quién era el cazador y quién el cazado, quién era más inteligente y astuto, si el animal o el hombre, era el leitmotiv de la historia... y lo dicho, para mí el referente está muy claro (otra cosa es que el autor lo reconozca o no xD). Cambia los leones por el tigre y Kenia por Siberia, pero el trasfondo de la historia es exactamente el mismo.

La edición, como digo arriba, es preciosa. Tapa dura con sobrecubierta, ilustraciones a cargo de David de las Heras, e incluso punto de lectura de tela que solo suelen llevar libros de mayor empaque. Ninguna pega. Muy bonita. Pero a ver, llegamos al momento patrocinado por "¿Cuánto cuesta y cuánto dura en las manos?", dirigido a los que les duele el bolsillo gastarse dinero en algo que van a leer en menos de media hora.

Para quien disfrute de los relatos, y más si son de aventuras, es muy recomendable (no es alta literatura, entendedme, pero se lee bien); la historia en sí es muy interesante (aunque por lo que comento arriba a mí me ha sonado a algo que ya conocía y el punto de originalidad conmigo no lo ha tenido); y las ilustraciones son fantásticas... pero este relato se lee en 15 minutos (15, no más) y cuesta 15 euros. Salvo que uno sea muy fan de Dicker y quiera tener todo lo que publique, yo lo veo más como regalo. Es de esos libros que cuesta menos gastarse el dinero si es un regalo para otra persona que si es para uno mismo. Y si lo regaláis vais a quedar como unos figuras xD. ¿Que no os importa nada lo de la duración-precio? Pues más mejor para vosotros, porque disfrutaréis del relato y luego el librín queda divino en la estantería :)
Enlace: http://inquilinasnetherfield..
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