Sus voces aún retumban en mi cabeza. Mi paladar no quiere perder el sabor de la buena historia que acaba de terminar. El escritor nos seduce con sus personajes, con su forma de mostrárnoslos y con esa historia que hace única para nosotros. Y es que no solo el autor es un protagonista de este libro; nosotros, los lectores, nos hemos sentido como un personaje más, que se iba conociendo a sí mismo según avanzaban las páginas. Para mí, sublime, espléndido. Una gran obra que me ha atrapado y que me ha dejado un vacío al cerrar su contraportada. Pueden no gustarnos todas las obras de un/a escritor/a, pero algunos, sin duda, son una puesta segura de seducción lectora.
|