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Corea del Norte es un país desconocido. Lo poco que sabemos lo hacemos por testimonios de aquellos que han desertado del país, y D. B. John se vale de esos testimonios para construir una historia trepidante y desgarradora que plasma la realidad de una forma tan certera que pone el vello de punta. Y sí, esta historia es ficción, pero documentada hasta el más mínimo detalle. Siendo sincera, durante su lectura pensaba que gran parte de lo que narraba el autor era ficción... es decir, ¿pasan realmente tantas atrocidades en un país tan pequeño como es Corea del Norte? Siempre te queda esa duda por saber si lo que está narrando el autor es parte de su imaginación o si realmente ha pasado en algún momento y, dejadme deciros que, sí, el 90% de lo que narra el autor está bien documentado por aquellos desertores que se han atrevido a contarlo. A través de tres puntos de vista en tercera persona: una anciana, un alto cargo del gobierno de Corea del Norte y una agente coreano-estadounidense cuya hermana ha sido secuestrada, el autor crea una trama que esconde una realidad desconocida para muchos haciendo uso de un lenguaje claro y cercano. Acción, temor y horror sería la mejor forma de describir esta lectura. Cabe destacar, además, el final. Tratándose de Corea del Norte, sería totalmente inverosímil un final feliz. Sin embargo, esto no significa que la trama acabe mal, ni mucho menos. Simplemente acaba, sin más. La realidad en estado puro. En definitiva, si queréis una visión mucho más "cercana" de lo que se vive en el país más aislado del mundo o si simplemente os da curiosidad, no os podéis perder esta novela, porque no os va a defraudar. |
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