Una comedia navideña muy alejada de lo que Grisham nos tiene acostumbrados. No me llenó. Se lee rápido al ser cortita, pero lo que se suponía debía ser gracioso, no terminaba de conectar con mi sentido del humor. Quizá fue cosa mía, ya que han pasado unos veinte o cien años desde que lo leí, pero el recuerdo que me quedó es de novela floja.
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