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¡Lo que me he podido reír! La historia se puede dividir en dos partes fácilmente. La primera es una crítica a la Navidad, a como todo el mundo se vuelve loco, a las prisas, a las tradiciones que se hacen si meditar por qué o sin que sirvan realmente para nada, etc. Y luego llegamos a la segunda parte, a partir de la cuál la cosa se vuelve toda una comedia navideña que me ha sacado unas buenas carcajadas. al pobre de Luther le pasa de todo en el curso de un par de horas, a cada cual más cómica que la anterior. Pero si eres un espíritu navideño que la primera parte no te eche para atrás, por mucho que se meta con la Navidad con comentarios mordaces y un tanto exagerados a veces y acertados otras, luego queda reivindicada y encontrarás el espíritu navideño en todo su esplendor. |