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Este thriller juvenil me ha dejado un poco como al principio. Está bien, es entretenido, pero no creo que sea mi mejor lectura del año ni el mejor thriller que haya leído. Lo empecé un poco mal porque al leer las primeras páginas me di cuenta de que trataba algunos temas difíciles para mí como el perder a un padre o el trato tan difícil que tiene la protagonista con su madre, entre otras cosas. Todo esto me causaba angustia, pero es algo personal y decidí seguir leyendo. Pronto me di cuenta de que estaba enganchada y que necesitaba saber más. La historia habla de Riley, quien lucha por conocer los hechos que llevaron a su padre a la cárcel y así poder liberarlo. Además, desde el principio ya te cuentan que el señor está condenado a muerte y que le queda un mes para que ese desenlace se cumpla. Pues bien, Riley, de 17 años, hace un amigo y juntos investigan todos los hechos, porque es sabido que los muchachos de 17 años con recursos limitados saben más que la policía, pero bueno, lo pasamos por alto porque la investigación intriga mucho. Además, pronto la gente que ellos conocen empiezan a ayudarlos con el rompecabezas. Soy de la opinión de que un thriller es bueno si no te ves venir el final, a menos que este escrito con una virtuosidad que no te quede otra que admirarlo, pero no es el caso porque, aunque no está mal escrito para nada, es bastante sencillo. Cacé al malo hacia la mitad, así que supongo que no se va a la pila de mis thrillers favoritos aunque he pasado un buen rato leyéndolo. |
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