El Pacto de Vladyan

Me ha gustado este libro, pero en varias ocasiones la puesta en contexto se me ha hecho pesada.

Esta novela hace una mezcla curiosa de la ciencia ficción y la magia, salpicada de los problemas de los personajes que van desde los celos, amores platónicos hasta el adaptarse a la actualidad que vive la sociedad de este libro.

El libro está ambientado en el año 2201 tras la Tercera Guerra Mundial y la humanidad está pagando las consecuencias de ello. Los protagonistas viven en una base militar, bajo tratamiento en algunos casos por los efectos secundarios de la radiación de los lugares en los que vivían.

Esta base cuenta con varias zonas específicas, pero las que más aparecen en este libro son la consulta médica y el Ático.

El Ático, lejos de lo que estamos acostumbrados a ver, es en realidad la zona de aislamiento de los jóvenes más conflictivos de la base, limitando su movimiento sólo a esa zona y con menos privilegios que los demás.

Aquí es donde conocemos a Mía, Kat, Thunder y Ribo al destinar a Cora al Ático. Por culpa de un fallo de seguridad, el grupo ayudará a la joven y Mía se hará cargo de las consecuencias, conociendo así a Marcus.

Hasta ese momento, da la impresión de que la protagonista es Cora, pero después la protagonista del resto de la historia será Mía, alternando algunos capítulos con Marcus, Vicksor y Cora.

Con el cambio de narrador iremos conociendo mejor a los personajes y sus temperamentos (Kat es alguien a quien no querría como enemiga, por ejemplo), algo que hace que te llegue un mensaje como lector, y es que casi todos detestan a Marcus.

Esto me ha llamado la atención por encima casi de la trama. Es curioso porque en la sociedad en la que el resto de los personajes han crecido, la igualdad de oportunidades y el no discriminar es el orden del día, y con Marcus la única que le da la oportunidad para adaptarse a veinte siglos de mentalidad es Mía.

Cada vez que Kat hacía algún comentario sobre Marcus, me enfadaba un montón. Y cada vez que le daban la espalda, más me gustaba el personaje.

En cuanto a la trama, no empieza hasta que se suben a la nave y pasa a ser una novela de fantasía.

Hasta ese momento, sólo tienes clara la "villana" y que quiere hacer un experimento con los jóvenes del Ático. Después, la misión pasa a segundo plano y la prioridad es que el Pacto de Vladyan no se rompa por culpa de una avería en la nave.

Una avería que tanto lector como personajes saben que no es fortuita, y he de reconocer que pensaba que el culpable era el mismo que dedujo Vicksor.

La parte que hay de fantasía ha sido la que más me ha gustado, porque es la que más acción hay, aunque también es la que me resultaba más pesada a la hora de leer. No acababa de conectar con el universo que se había creado, pero como quería saber qué le pasaba a Mía y Marcus, seguía leyendo.

Algo que me alegro, porque he podido disfrutar de un buen juego de alianzas y traiciones que no me esperaba tras el aterrizaje.

En cuanto al final, me ha gustado, queda bastante cerrado, aunque se quedan ciertas preguntas como el dónde surgió la enemistad que terminó en pacto o el funcionamiento de las brechas.
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Ya había leído a esta autora (estoy enamorada de su estilo narrativo), pero ha conseguido sorprenderme con una historia original que mezcla ciencia ficción y fantasía.
El pacto de Vladyan es una novela llena de diversidad, con personajes inolvidables y algunos mensajes importantes.
Merece mucho la pena.