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Es éste el séptimo libro de Jérôme Ferrari y le valió nada menos que el Premio literario mas preciado de Francia : el Goncourt del año 2012. Es una novela filosófica y una lección con interrogantes sobre temas capitales como la muerte, las opciones, la violencia, el terruño, las relaciones humanas. Algunos personajes del libro ya habían aparecido en novelas anteriores : Marie Angèle, Vincent Leandri, Hayet, André Degorce. Con mi crítica no estaré al unísono de la mayoría que en su época llevó a las nubes esta novela. Una lectura que no me deslumbró aunque reconozco la calidad de la escritura de Ferrari y la originalidad con una implicación del discurso de San Agustín sobre la caída del Imperio Romano al principio y al final del relato. La historia me pareció algo abstrusa y me perdí entre los personajes y las generaciones… Dos amigos, estudiantes universitarios de Filosofía en Paris, Libero Pintus, corso, y Matthieu Antonetti, de origen corso y que vacaciona cada año en la isla, dejan sus estudios universitarios para ocuparse de un bar en perdición en un pueblo de Córcega central. Libero concibe el plan como una acción « a la Liebnitz », es decir, construir un mundo mejor en el mejor de los mundos. Los amigos aportarán novedades, entre ellas, chicas guapas y desenfadadas para atender a una clientela cada vez más numerosa y asidua. El bar se hará famoso en la comarca, además que está abierto toda la noche y divierte en una zona a mal traer por el frío (la montaña) y la miseria sexual. Libero y Matthieu además tienen familias conflictivas y las psiquis son frágiles… En esta mini sociedad con clientes y servidores, los dramas vendrán rápidamente. Libero Pintus se dará cuenta el primero, que este trabajo no le conviene y ya está pensando en retomar sus estudios. Pero el destino está en marcha y tendremos un final con un drama digno de la Antigüedad. Todo esto bajo el discurso de San Agustín en 410 dJC, pero entre la caída del Imperio Romano y la caída del bar, hay un abismo. La lenta descomposición de un bar en un pueblo corso se podría extrapolar a la degradación de la sociedad corsa insular en el siglo XX; entonces el sermón se erige como una lección para que el lector tire las conclusiones correctas. El personaje de Matthieu me pareció odioso, demasiado cándido, indeciso, blandengue, pero es el personaje que sale mejor parado en la contienda. El autor también da un vistazo sobre el colonialismo francés con el abuelo de Matthieu, Marcel Antonetti, administrador colonial durante más de 20 años y que creyó vivir un gran momento histórico, pero en realidad sólo conoció el peor ángulo. Las malas lenguas locales dicen que el abuelo prestó dinero al nieto para ver derrumbadas sus esperanzas, ni más ni menos lo que él vivió en carne propia. . Enlace: https://pasiondelalectura.wo.. |
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