La acción transcurre en La Quietud, un continente asolado por terremotos, tsunamis y volcanes. Cada cierto tiempo se produce una catástrofe de mayor envergadura denominada “Estación”, un tiempo en el que el sol desaparece tras nubes de ceniza que desatan un invierno eterno y en el que las leyes de la naturaleza y de los hombres se alteran por completo. Esto ocurre porque, en algún momento del pasado, los humanos hicieron algo que enfadó al Padre Tierra, y ahora este intenta destruirlos generando un cataclismo detrás de otro. Comparten este mundo los humanos "normales" y los orogenes, que son personas con la capacidad de controlar la energía que mueve las placas terrestres, a los que los humanos consideran monstruos. También lo habitan los comepiedras, que son como estatuas vivientes y a los cuales tanto los humanos como los orogenes rechazan. Este segundo libro tiene dos líneas argumentales. En una vemos a Essun, la protagonista, profundizando sus poderes de orogén y asumiendo sus responsabilidades en el seno de una comunidad. En la otra, su hija Nassun, también orogén, descubre y desarrolla sus propios poderes. También entendemos un poco más acerca de los obeliscos, piedras preciosas gigantes que flotan en el cielo, y se describe mejor a los comepiedras y sus intenciones, aunque todavía nos queda la intriga de sus orígenes. Y descubrimos la razón por la que la Tierra se enojó con la Humanidad. |