El portal de los obeliscos

Me ha encantado volver a la Quietud. A esta tierra llena de supervivientes, comepiedras y orogenes. Jemisin se deja de formalidades: ya sabemos quién es Essun (tú eres Essun. Y yo también), ahora debemos conocer los obeliscos y una nueva fuente de energía, algo que el Fulcro obvió y que los humanos de antaño llamaban magia. El portal de los obeliscos profundiza mucho en cómo funcionan estas geodas gigantes, nos revela qué ocurrió para que surgiera la primera Estación y cómo pueden acabar con ellas. Sí es cierto que a veces se vuelve demasiado técnico y entre que abruma con tantos detalles y que, a veces, da muchas vueltas sobre el mismo tema y no termina de darte la información completa, al final confunde un poco y te deja con más dudas. Sin embargo, eso no quita que sea un pedazo de libro: brutal, duro y, sí, algo esperanzador.

Me gusta mucho que la narración juegue con el tú en los capítulos de Essun y que, además, te vincule con la historia. Y a pesar de que lo duro que puede ser, transmite mucha fuerza y también nos sorprende con detalles de gran delicadeza. Jemisin habla de supervivencia, de cómo enfrentamos situaciones extremas y nos adaptamos a ellas. Lo vemos en los grupos marginados, caminamos entre los más pobres y también los más fuertes. al fin y al cabo, es una lucha que nos concierne a todos.

Esta es tu historia, porque tú eres Essun, y también Nassun, Damaya, Sienita y Schaffa. Nos nutrimos de todo lo que nos rodea, lo que nos hace daño y nuestras fortalezas. Las mujeres protagonistas son como un diamante en bruto: preciosas y resistentes. La historia de la tierra fragmentada está llegando a su punto álgido y Essun... Ay, Essun, parece que todavía te queda un largo viaje por recorrer.

No os podéis perder la trilogía si os gustan las distopías que mezclan fantasía y ciencia ficción, protagonistas supervivientes y con una fuerza envidiable ;)
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