A esta novela la leí hace unos años por recomendación de una de mis profesoras. Más liviano que el aire es una novela corta pero hermosa. Tiene una particularidad que la hace excelente: es un monólogo. Toda la novela está narrada por medio de la voz de Faila, su protagonista. Santi, su coprotagonista, un adolescente habla a través de lo que Faila reproduce. La abuela tiene dominio absoluto de la palabra y esto convierte a la obra en única. La historia transcurre en el lapso de cuatro días, Santi es un adolescente de bajos recursos que intenta robarle a una jubilada de 93 años pero que pasa a ser víctima de ella quien con astucia lo encierra en su baño. En este libro hay dos historias: la de Santi y Faila y la de la mamá de Faila que ella cuenta a Santi. La construcción de ambas es deliciosa, atrapante. También podemos ver detrás del soliloquio de la abuela una reescritura de la dicotomía fundacional: civilización y barbarie. Faila, ex maestra, intenta civilizar a Santi aunque al final dudamos de quién es civilizado y quien bárbaro en esta historia. Al final, me pregunté ¿quién es el indefenso en esta historia? Santi es prisionero de las palabras de su captora tanto como ella de sus prejuicios. “Más liviano que el aire es el deseo de cualquier mujer”. Les recomiendo mucho leer esta obra, es una joyita con un trabajo del lenguaje impecable. + Leer más |