Otra vuelta de tuerca

Otra vuelta de tuerca es una historia de fantasmas, el caso es que es un libro difícil de valorar desde la perspectiva del siglo XXI y más teniendo en cuenta que a día de hoy aún no he leído ningún libro que me dé realmente miedo.
El primer problema que me he encontrado es a nivel narrativo, tal vez culpa de una mala traducción, pero en cualquier caso he tenido que releer párrafos enteros porque al hombre le gusta meter subordinadas dentro de subordinadas y cuando regresas al hilo de la narración ya no recuerdas de qué estaban hablando anteriormente. Alguien más versado que yo en este género me indicó que es habitual este tipo de escritura en las novelas góticas de la época… pero lo poco que he leído (Lovecraft y Poe) no me han parecido tan rebuscado (Poe un poco pedante tal vez, pero no rocambolesco en lo narrativo).
La historia es muy naif, una institutriz tiene que cuidar a dos niños adorables, ella es joven e inexperta (o eso dice el autor) se enamora de su empleador (por inspiración divina porque apenas hablan) y este le hace prometer que no lo molestará por nada del mundo (norma que ella decide no desobedecer por encima de cualquier consecuencia)... Hay además una gobernanta muy crédula que le da coba, reconozco que el personaje cumple, pero se le podría haber sacado taaaanta chicha que da pena ver que se queda en lo básico.
Luego hay fantasmas por en medio, que son malos malísimos (porque la protagonista lo siente así, información que, supongo yo, saca de la misma fuente de inspiración por la que se enamoró de su jefe) con el mismo método científico saca la conclusión que los niños están en peligro y ella debe salvarlos.
Creo que con esto ya habéis llegado a la conclusión que el libro no me ha entusiasmado, pero como ya he dicho al principio, es muy probable que en su momento fuera una historia innovadora, esos niños tan buenos y adorables a mí me dieron grima desde el principio, pero es posible que a los lectores del siglo XIX no hicieran esa asociación de ideas aún.. y estoy bastante segura que la falta de originalidad se debe a que ha sido inspiración de muchos otros libros que se escribieron posteriormente así que por ello no puedo ponerle mala nota.

PARA QUIEN: Arqueólogos del genero gótico que les interese las historias de fantasmas.
LO MEJOR: La ambientación, es capaz de trasmitir cierta sensación de angustia a pesar que supuestamente lo que describe es bonito.
LO PEOR: la falta de justificación de los recursos literarios, la mayoría de sucesos importantes no tienen causa aparente, más allá de lo que la protagonista intuye.

Tuerquing: acción de leer a Henry James sin que se te caiga la boina. ( no confundir con twerking, que es lo mismo pero meneando el trasero y muy poco aconsejable para los que empezamos a tener un colgajo allá donde habitó un culo)

Por mucho que busco no encuentro la tuerca, ni la vuelta y si me apuras, ni el tornillo.

Nouvelle de fantasmas, lo mejor que he leído del autor hasta la fecha y sin embargo sigo sin encontrarle al buen señor lo que muchos aplauden.

Una nueva institutriz llega oliendo flores y más feliz que la cabra de Heidi, suspirando pedos de algodón por aquel que la contrató para hacerse cargo de sus sobrinos.

Niños refinados, cariñosos, educadísimos y una ama de llaves servil, pintan un engañoso retrato que no tardará en volverse sombrío.

El problema es que pese a estar muy bien escrito y argumentado James da menos miedo que Bambi, y aunque los tiempos están perfectamente manejados falta intensidad.

El elemento más perturbador se encuentra en los dibujos de su versión ilustrada que además de no concordar con el relato, ( James dice que el niño sonríe y tiene una cara de susto que se te afloja el esfínter) tampoco es que sean dignos de admiración.

El final tan impactante como abierto, ahí te lo deja, no explica nada más y ya tenemos el lío armado. Hagan apuestas para la interpretación. Cualquier idea es plausible.

Cuidado, el texto me gustó, tiene su aquel.
Las conversaciones entre institutriz y Miles ( el niño) son muy interesantes, sin duda lo mejor del libro junto a la recreación ambiental.

Completa el libro un pequeño ensayo sobre la obra del autor donde se analiza la interpretación de este y otros textos, quizá la vuelta de tuerca la tengan precisamente estos clarividentes, pues sus propuestas en mayor medida, rozan lo alienígena.

No termino de enamorarme del autor, canta bien y desafina mejor.

Con un ambientación impecable la protagonista de esta historia llega a Bly para ejercer de institutriz de dos niños, Miles y Flora. Con perfectas descripciones sobre los interiores de la casa, empezamos el relato imaginando que se trata de la típica historia de fantasmas, casas embrujadas y misterios que resolver. Pero eso dependerá de la interpretación que cada uno le de.

La institutriz se nos presenta como una narradora poco fiable, de la que no sabemos ni su nombre y que nos relata los hechos siempre desde la percepción de su realidad y de sus sensaciones. Pero el lector no tiene oportunidad de ver ningún otro punto de vista. El lector está a expensas de lo que la narradora le quiera contar y no podrá saber lo que ésta no le cuenta. Incluso la propia institutriz duda y piensa que quizá esté equivocada. ¿Es real lo que nos cuenta o todo está en su mente?

Así que nos encontramos ante una novela psicológica en la que la narración juega con el lector como si de un experimento se tratara, le da pistas pero estas pueden llevarle a distintas interpretaciones, juega con la sutileza, la insinuación y el engaño.

Atrapa desde las primeras líneas y el afán de saber qué está pasando y no entender nada ponen al lector en estado de alerta continuo. El uso de palabras con diferentes significados y la ambigüedad en los diálogos hacen complicada una única interpretación. Incluso el final da pie a diferentes visiones que según el camino que cada lector haya recorrido lo llevarán a creer en una cosa o en otra. Porque el objetivo del escritor no es que el lector descubra la verdad sino demostrar que según el punto de vista en que esté contada una historia llevará a interpretaciones distintas dependiendo de las conjeturas que cada uno vaya haciendo y las evidencias que vaya encontrando. Henry James fuerza la frontera entre la credulidad y la duda.

Es también una historia de tormento, de obsesión, de desesperación vital por demostrar una realidad o autoengañarse y de maldad inconsciente para sanar su propia consciencia. Es una historia oscura que cada vez se vuelve más perturbadora, más terrorífica.

¿Alguien puede asegurar que los fantasmas existen solo porque los ha visto? ¿O la fe en ellos hace posible su presencia? ¿Forman parte de la realidad, o de la imaginación de cada uno? ¿Están en el exterior o en el interior de cada mente humana?

Una historia que provoca tormento en el lector, la cabeza está a punto de explotar a lo largo de todo el texto. Y cuando termina la historia sigue quedándose en nuestra mente, seguimos dándole vueltas, nos la llevamos con nosotros. Después de terminarla dan ganas de volver a la lectura para buscar aspectos que seguro han pasado desapercibidos, pistas que se nos han escapado, detalles que no hemos visto, pero, aunque una relectura puede ser muy interesante, el objetivo no es encontrar la verdad sinó admitir las sensaciones que nos ha provocado y admirar la forma magistral en la que está escrita.

Una novela ideal para leer en grupo donde las distintas interpretaciones se presenten y se puedan debatir y así disfrutar más de la experiencia.

“Yo misma fui la que decidí caer en la dulce trampa de sus juegos. Vivíamos en un mundo de música, de mimos, de pequeñas representaciones teatrales” ~ Otra vuelta de tuerca de Henry James.

Una institutriz llega a Bly para cuidar de Flora y Miles, dos hermanos huérfanos que viven con su tío, un hombre que no quiere que se le moleste, y con la señora Grose. Pronto la institutriz comienza a detectar que sucede algo extraño en la casa y llega a la conclusión de que hay dos fantasmas que acechan: uno es Peter Quint, ayuda de cámara del tío de los niños; y el otro es la señorita Jessel, la anterior institutriz. Y está convencida de que vienen a hacerle algo malo a los niños.

Todo está narrado de una forma muy etérea que no sabes si pasa o no pasa; si es realidad o fruto de la imaginación de la institutriz que narra la historia en primera persona. Porque aquí nadie niega ni afirma nada. La verdad es que no me ha gustado y no lo ha hecho precisamente por la que se supone que es su parte fuerte: ese lenguaje abierto, las situaciones veladas, todo sobrentendido. de hecho está todo tan sobrentendido que yo no he entendido nada. Acabé el libro y no sabía ni lo que había leído. Os lo digo todo.

Reconozco que tiene algunos puntos, algunas escenas, que me han parecido fantásticas pero realmente saliendo de ellas, ni frío ni calor, aunque más bien frío. No sé si Henry James se pasó de vuelta de tuerca o qué pero solo puedo decir que yo acabé el libro y dije “que alguien me lo explique”.

Hoy os traigo un clásico del terror gótico al que le tenía muchísimas ganas y me ha fascinado.

En esta historia conoceremos a la joven institutriz que deberá hacerse cargo de Miles y Flora, dos niños huérfanos a los que cogerá cariño desde el primer momento y a los que querra proteger de los extraños sucesos y apariciones que comienza a ver en la mansión de Bly.

Una historia con una ambientación maravillosa y perturbadora. Llena de intriga y misterio que nos hará plantearnos durante la narración hasta que punto realmente esas apariciones son reales o están en la mente de la institutriz, también si de verdad los niños son tan inocentes como parecen a los ojos de ella.

Ha sido una historia que me ha encantando y es uno de esos libros que creo que en una primera lectura no se le saca todo lo que tiene y que en una relectura seguro que lo veré desde otro punto y disfrutaré de nuevo.

Sin duda, pasa a colarse entre mis clásicos favoritos 😍.

Como lector ávido de historias de terror, y autor de una novela del género, hacía mucho tiempo que tenía esta novela corta en la lista de lecturas pendientes (dicho sea de paso, esa lista solo crece y crece). Una institutriz es enviada a una mansión en la campiña inglesa para educar a dos hermanos, dos niños en apariencia normales y saludables. Sin embargo, a medida que avanza la narración se van acumulando los hechos extraños, y nos enfrentamos a dudas y muchas cosas insinuadas pero nunca dichas.
"Otra vuelta de tuerca" innovó en varios aspectos técnicos de la literatura de su época, y su fuerza radica precisamente en la ambigüedad de la historia. al momento de la publicación, en 1898, fue considerada una historia de fantasmas y punto. Pero es notable que mientras pasan los años, surgen nuevas interpretaciones: basadas en la psicología freudiana, en el feminismo, el marxismo, el estructuralismo... etcétera. Algunos resaltan el tema de la represión sexual (no podemos dejar de mencionar que fue escrita durante el período victoriano, muy conservador). Otros resaltan el tema del fin la inocencia infantil. Es decir, que "Otra vuelta de tuerca" ha ingresado en la categoría de obra universal que muy pocas novelas pueden exhibir, como "El extranjero" de Camus, o "La maldición de Hill House", de Jackson.
James comprendió muy bien un pilar de la literatura de horror: a menudo es más eficiente, para hacer terrorífica una historia, dejar cosas sin decir. Porque no existe una idea universal de qué debe ser la "cosa" más terrorífica. Algunas personas temen la muerte. Otras temen la soledad. Otras, el fracaso profesional o personal. En lugar de señalar con el dedo el monstruo de la historia, es mejor dejar cosas a la interpretación del lector, quien rellenará ese vacío con sus peores temores: su mente hará el trabajo de torturarse, en lugar de tener que hacerlo el autor. Claro que esto no funciona para todas las historias, ni para todos los lectores. Quienes amen las historias con finales cerrados y muy claros, detestarán "Otra vuelta de tuerca".

Todo comienza con una reunión de amigos alrededor de una chimenea en una mansión victoriana.
Es el Sr. Douglas quien dirige la velada de la reunión contando una historia que produce intranquilidad y desasosiego. Es más, la historia la contará a través del testimonio escrito por la propia protagonista, una institutriz que se encargó del cuidado y educación de dos niños: Miles y Flora de diez y ocho años.
En un principio todo es normal, sin embargo, pronto comenzarán los problemas. Especialmente cuando empieza a ver misteriosas apariciones.

Una historia narrada en primera persona por la protagonista, por lo que el lector sólo ve un punto de vista de lo que ocurre. Con una ambientación y una atmósfera oscura que crea un halo misterioso estupendo.

El estilo narrativo del autor es bastante descriptivo con frases muy largas, un lenguaje de la época y en muchas ocasiones un tanto repetitivo.

Una historia que al principio atrapa, pero que luego desconcierta, ya que parece que no se sabe exactamente muy bien lo que está ocurriendo y el autor tampoco lo deja claro, puede que de forma intencionada.
Una novela de terror psicológico donde la protagonista no sabe que es lo que ocurre, si es verdad o no lo que ve y todo lo que rodea a esos niños y a a mansión. El título muy apropiado, ya que le di varias vueltas a la historia para intentar entender qué es lo que el autor pretende contar y transmitir.
Así pues, creo que el autor juega con el lector, ya que juega con lo ambiguo, la sospecha, la incertidumbre, entre lo que es real o no, o quizá es la protagonista quien cree verlo o lo ve realmente.

Personalmente el estilo del autor no me gustó y es por eso que se hizo pesado a pesar de su corta longitud. Aunque tengo que reconocer que la psicología de la protagonista está muy bien lograda y lo que cuenta deja al lector con una gran incertidumbre de todo.
Enlace: http://laventanadelira-lira...

A veces cuando uno revisita un clásico de terror se da cuenta de que lo que está leyendo es otra cosa. En este caso se trata de algo más complejo y meritorio. Otra vuelta de tuerca es un thriller psicológico en torno a una institutriz apesadumbrada por la responsabilidad y a la vez espoleada por ella, que lucha incansablemente por la vida o el alma de l@s niñ@s que le han confiado.

La protagonista, personaje modelo de la rígida sociedad victoriana del relato, ante el espanto y el peligro que siente al toparse con unas apariciones fantasmales, inicia una serie de elucubraciones e investigaciones en torno a los sucesos del pasado y al comportamiento de sus protegidos. Acuciada por un sentimiento de soledad in crescendo busca una aliada en el ama de llaves. El diálogo recurrente con este segundo personaje adulto permite a la protagonista revisar los hechos y los datos que tiene a su alcance una y otra vez buscando confesiones (de su compañera o de los niños) intentando situar los hechos que desconoce en su correcto lugar y obtener así, tal vez, algo de tranquilidad y fuerza ante todo lo que le atormenta. Y digo esto porque son muy pocos los detalles que nos den certeza de que su visión es la correcta y no se trate de delirios de una mujer inestable o con problemas mentales. Tanto es así que sus percepciones van cambiando continuamente, mostrando a l@s niñ@s en ocasiones como víctimas y en otras como agentes activos del mal.

Sin duda, la de Henry James y su época era otra manera de escribir a la que ya no estamos muy acostumbrados. Una narrativa hermosa, en tono contenido, elegante y a fuego lento que se centra en resolver el conflicto principal, el tormento (¿compartido?) entre institutriz, ama de llaves y l@s chiquill@s, pero que deja muchas cuestiones sin respuesta. No es por tanto una lectura recomendable para quien necesite un ritmo frenético, sustos en cada salto de página o dejar todos los cabos atados. Sí, en cambio, de visita obligada para quien desee redescubrir un clásico fijándose en su estructura y su prosa y la psicología de un personaje que busca la verdad como elemento de salvación.
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Otra vuelta de tuerca, 1898
Henry James
@lunwerg 2019
Traducción de José Bianco
Ilustraciones de Ana Juan

Un grupo de invitados reunidos en torno a la chimenea durante las fiestas navideñas escuchan la historia de nuestra protagonista, ya fallecida y cuyo nombre nunca será revelado.
Acepta una colocación como institutriz en Bly Manor donde debe ocuparse de dos hermanos, niño y niña, que una vez huérfanos, han quedado a cargo de su tío.
La institutriz recibe órdenes expresas de no molestar al tutor y como única interlocutora tiene al ama de llaves, que le informará del trágico destino de su predecesora y un malvado criado, muertos en extrañas circunstancias tras ciertas habladurías sobre su inconveniente relación.

El ambiente se enrarece, los espectros acechan y mientras los pequeños a su cargo empiezan a comportarse de forma extraña, la institutriz se debate entre el deber y la cordura.

Creo que pocos libros han suscitado y suscitan aún encendidos debates y rocambolescas teorías. Hay tantas versiones como lectores y queda una vez más muy de manifiesto el dominio de la ambigüedad y la tensión por parte del autor.

Hay una estupenda versión cinematográfica protagonizada por Deborah Kerr y dirigida por Jack Clayton en 1961 (The innocents)

Lo hemos leído y debatido intensamente en #lecturasconjuntasraquellectora

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"Otra vuelta de tuerca" de Henry James
Una joven institutriz empieza a trabajar al cuidado de dos niños huérfanos en una mansión victoriana. El tío de los niños la contrata con la condición que no le moleste. Los niños parecen muy buenos y pronto surge un vínculo entre ellos. Entonces la institutriz empieza a ver fantasmas y escuchar ruidos raros y va descubriendo la historia de la señorita Jessel, antigua institutriz, y Peter Quint, el criado y ayuda de cámara del patrón. Ella cree que los niños corren peligro y trata de ayudarlos.
*He releído esta novela para estas fechas. La primera vez que la leí, no supe muy bien que pensar del final, ya que lo deja abierto y todo es muy ambiguo. Ésta relectura la he hecho en LC y la trama ha dado pie a múltiples teorías y muy interesantes.