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Crítica de LEMB


LEMB
26 March 2019
La novela comienza con un prefacio en el que el mismo autor nos habla de los motivos que le llevaron a escribir este relato, como él lo llama. En este texto, que merece la pena leer, el autor explica el proceso creativo: cómo, a partir de una anécdota que escucha, comienza a construir su historia. Parte de una idea y le va dando forma y moldeando, añadiendo elementos a la trama y personajes que justifiquen los caminos que quiere tomar y el camino por el que nos quiere llevar.

Tras este elemento, comenzamos la lectura con una pequeña introducción de la situación inicial y de lo que ha ocurrido, sin explicar mucho más allá del juicio y la sentencia de la custodia compartida, donde nos va dejando retales de la personalidad de ambos padres y de sus sentimientos hacia la niña. Está narrada en tercera persona pero desde el punto de vista de Maisie, una niña pequeña, de edad comprendida entre los tres y los seis años (esto se entiende o sobreentiende), que se convierte en el centro y en el punto de partida de todo lo que vamos a leer. de primeras, Maisie nos parece una niña inteligente y obediente, pero con las limitaciones, o la simpleza, según se mire, que da la poca experiencia vital que tiene para interpretar todo lo que ocurre a su alrededor.

A partir de esta premisa, el autor nos muestra, juzgando, las consecuencias desastrosas del divorcio, de la falta de moralidad, del egoísmo adulto, del trato a los niños y su educación, o falta de ella, y de las consecuencias de las decisiones que se toman, entre otras cosas. El punto fuerte es que todo eso nos lo presenta a través de las percepciones de Maisie, de lo "que ella sabe", y nos deja a nosotros, los lectores, que completemos todo aquello que ella no es capaz de entender, de ver o, simplemente, de aceptar.

La perspicacia de Maisie para darse cuenta de todo lo que le rodea, y sus comentarios inocentes y llenos de significado, reflejan la manera natural de los niños de percibir su mundo y encontrar sus propias explicaciones a todo, sin estar influidos por los prejuicios que caracterizan las acciones de los adultos y que pueden llevar a engaño. Ella, nuestra heroína, es capaz de aceptar lo que ve aunque no entienda ciertos comportamientos de los mayores, y lo interesante es que les da explicación, que no siempre coincide con la que nosotros le damos, como testigos de lo que ocurre.

Por cierto, no he sido capaz de empatizar con NINGUNO de ellos. No se salva de mi quema ni el mismo narrador ni la niña, os lo aseguro. Además de sus padres, y su vergonzoso y reprochable comportamiento, tenemos a sus dos niñeras, una que se convertirá en madrastra y otra que, a pesar de parecer a veces oscura y distante, es casi la única que salvaguarda la moralidad de la que carece el resto de personajes, aunque sus acciones también son censurables. No he perdido la sensación en ningún momento de que nadie realmente quería a Maisie, y de que ella tiene tantas carencias emocionales que no será capaz de distinguir lo que está bien de lo que está mal, realmente. Reíros de mí, pero en más de un momento me hubiese gustado gritarles a todos: EGOÍSTAS, QUE SOIS UNOS EGOÍSTAS.

Así ve Maisie su vida: ...una tímida idea de que él compensaría su estado de abandono, los codazos en público de Susan que casi la derribaban, las aburridas horas de lecciones no recibidas en un desolado cuarto de estudio, en donde a veces tenía miedo de quedarse sola...

Es increíble cómo, plasmando el autor únicamente la historia desde ella, la niña, Maisie, de una forma casi claustrofóbica porque solo nos movemos en su entorno, su casa, su cuarto de estudios, su pequeño mundo, sin salirnos de ahí, tú, como lector, eres capaz de encajar todas las piezas y construir lo que te falta a través de los pequeños diálogos en los que Maisie interviene y en los que es únicamente oyente. Esta es la fuerza y la maestría de este libro, un autor que es capaz de decir tanto con algo tan nimio como es la visión de una niña, de edad imprecisa, de todo lo que le rodea pero ni siquiera hablándonos desde ella sino con la distancia narrativa de la tercera persona para que vayas imaginándote qué ha pasado, cómo ha pasado, cuándo ha pasado y dónde ha pasado, y qué es lo que cada personaje piensa a hacer, o ha hecho. El autor crea una red de relaciones íntimas, todo a partir de Maisie, con sus padres, su ruptura, sus siguientes parejas, su vida, sus deseos... teniéndola a ella no sabes si como un trofeo o como algo que está ahí, como una obligación, y el único cariño que ella recibe, pero que el lector nota viciado o falso, es a través de terceras personas que llegan a este historia y a este matrimonio.

Cuando leo frases como "debido a su prolongada y casi desvergonzada ausencia" soy consciente de cómo se implica el autor en la narración, juzgando y, en cierta manera, castigando a sus personajes con su censura narrativa.

Personalmente, me parece que el autor deja peor paradas a ELLAS, todas ellas, que a ELLOS. El padre acaba dándote pena y Sir Claude, también; pero ELLAS están dibujadas como egoístas, desleales y traicioneras, y no quieren, no son capaz de tener un actos sincero. Puede que esto sea una simple percepción mía, pero así lo he visto.

A todo esto le sumas el miedo real que la niña siente en cada momento; miedo a que las cosas pudieran empeorar por un descuido de ella, por decir lo que los adultos no esperan oír, o no quieren oír. Los adultos que rodean a Maisie le dan tal poder, aunque fútil, que sorprende. Se apoyan en ella para justificar sus decisiones, sobre todo las erróneas, como si todo fuera por ella o por culpa de ella. Esto genera desconcierto en la niña y ella juega a que "sabe todo lo que pasa" para sobrevivir.

¿Puedo decir que el narrador es tan frío y distante que transmite las mismas sensaciones respecto a los personajes, y que consigue involucrarse en la historia sin hacerlo; o que me llega a resultar antipático? ¿Quizá sea precisamente ese distanciamiento de los hechos, poco habitual en cualquier narrador que siempre plasma su parecer en lo que dice, como bien hace el de este libro, lo que hace tan diferente su lectura respecto a otras novelas?

En algunos momentos he tenido la sensación de estar tan perdida como Maisie, de ser quien no sabe nada, quien no se entera de nada; en otros me daba mucha pena su situación; y en alguno, he tenido miedo por las consecuencias que todo en la personalidad de la niña, que se muestra fría y demasiado definitiva en sus comentarios.

Me sorprende la facilidad y fluidez con la que está escrita y mi propio disfrute. No esperaba acercarme tanto a la historia, a pesar de mi falta de ubicación en algunos aspectos. Se me hizo pesada en ciertos momentos, incluso demasiado repetitiva, pero es que a veces parecía que la acción no avanzaba, que giraba en torno a lo mismo una y otra vez. Fue llegando al final, cuando todo se precipita, con el aliciente de no saber qué pasará y cómo terminará todo, cuando más disfruté de cada uno de ellos; eso sí, con el bagaje aprendido que ya llevaba detrás, tras horas de lectura.

Ahora que he cerrado el libro, sé que se merece una segunda lectura, sé que me he perdido muchos detalles a valorar y sé que en algún momento recordaré escenas de la novela, con las buenas sensaciones de haber disfrutado por fin de un texto de Henry James, que para mí ya es mucho. Me quedo con esto último y con la certeza de que Henry James es un narrador increíble y un embaucador de palabras, aunque la historia que nos cuente sea lo menos importante de todo.
Enlace: https://millibrosenmibibliot..
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