Me encanta la complejidad de la escritura de Henry James. Demorar en terminar un libro es una buena señal... pero no siempre. En este caso, se me hizo difícil acabarlo porque, sinceramente, no me podía conectar con la historia. En ciertos momentos creí que el problema de los personajes era la falta de comunicación entre ellos. Sin las conversaciones esquivas y la desesperante pasividad de los protagonistas (por supuesto, el hecho de que la narración se concentre en sus pensamientos ayuda a elaborar esa sensación), el libro hubiera durado mucho menos. Haría una relectura, pero será para un momento en el que esté despejada.
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