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La historia transcurre en 1757, durante la guerra anglofrancesa y narra las peripecias de Heyward, un oficial de la corona británica nacido en el sur de los Estados Unidos, y dos muchachas, Cora y Alice, a quienes Heyward debe depositar junto a su padre, el coronel Munro, en el fuerte William Henry. Cuando su guía Magua, perteneciente a la tribu de los hurones, los traiciona para vengarse de Munro, que lo azotó por beber de más, dejándole marcas que implican una humillación de por vida, Heyward recurre a la ayuda de tres extraños que conoce en el camino: Natty Bumppo, también conocido como Hawkeye o le Longe Carabine; un viejo guerrero mohicano, llamado Chingachgook, y su hijo Uncas, último de su estirpe. La primera parte de la novela es básicamente una defensa y huida de los ataques de los hurones, mientras que la segunda parte es una búsqueda por encontrar a las hermanas capturadas por Magua a través de la región de los grandes lagos y la frontera con Canadá. El punto de inflexión es la batalla de William Henry y la masacre de los británicos a manos de los indios aliados con los franceses (muy exagerada, al parecer, por Fenimore Cooper y los historiadores contemporáneos). La novela despliega estereotipos de época que sirven también de bajada de línea para la construcción de una identidad nacional. Como se hizo en Argentina con el gaucho, se establece que algunas tribus (los Delaware o mohicanos) constituyen el modelo del noble salvaje, dispuesto a colaborar con el hombre blanco y “enterrar el hacha”, y conocedor del terreno y la naturaleza. Luego están los iroquis, los hurones, los mohawk, naciones guerreras que despliegan brutalidad gratuitamente y que no tienen un ápice de compasión. Las mujeres son insoportablemente pasivas, especialmente Alice que se pasa casi toda la novela desmayada. Natty Bumppo o Hawkeye se presenta como el arquetipo de la nueva identidad estadounidense, al tener lo mejor de dos mundos: es blanco y cristiano, lo cual lo hace piadoso y honorable, pero al haberse criado con los indios posee todos sus recursos de rastreo y conocimiento del mundo natural, pero maneja las Armas de fuego, especialmente su rifle Killdeer, con una pericia que ningún indio posee. Lo que más me sorprendió fue la firme declaración de Fenimore Cooper contra la esclavitud, en una época en que en la mitad del territorio estadounidense, era una institución esencial para el desarrollo del modelo económico, que nadie se atrevería a tocar por los próximos cuarenta años. Una lectura interesante, aunque un poco larga en mi opinión (¿cuántas veces se puede tener que rescatar a las mismas personas, por dios?!) |
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