Tiempos de tormenta: La mansión

Hace unos días acabamos la lectura conjunta de la mansión. Tiempos de tormenta de Anne Jacobs.

Hace algo más de un mes, leímos la primera parte y pronto leeremos la tercera y última.

Esta trilogía tiene lugar en Alemania oriental, principalmente en los años 90, después de la caída del muro de Berlín. Franziska, una antigua aristócrata, vuelve a su ciudad natal para intentar recuperar su mansión, expropiada después de la guerra. Por supuesto, no quiero desvelar demasiado el argumento de esta segunda parte, ya que haría spoiler de la primera, pero aquí nos volvemos a encontrar con los personajes que ya conocíamos, y añadimos algunos nuevos muy interesantes para la historia. Si os gusta el salseo, es vuestro libro.

Con respecto al primer libro, puede que me haya gustado un poco menos, ya que no tenemos ese misterio que envolvía la trama. La primera parte alternaba la historia actual con diarios y testimonios de los años 40, que nos ayudaban poco a poco a descubrir lo que había pasado en esa mansión. En cambio, aquí no seguimos con esa parte de la guerra, salvo una historia contada por Mine que nos permite comprender algunos puntos que quedaron en el aire.

Me gusta mucho la narración desde diferentes puntos de vista, con capítulos centrados en un personaje en concreto. de esta forma, siento que conecto más con los personajes y los entiendo mejor (aunque algunos no despierten siempre mi simpatía…).

En definitiva, esta segunda parte de la mansión me ha resultado muy adictiva y me ha dejado con ganas de más. Creo que la tercera parte puede dar mucho de sí y es una suerte que haya leído este libro cuando ya está disponible la continuación.
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En la linea del libro anterior, tranquilo pero que evoluciona a buen ritmo. Es de esos libros en los que parece que no ha pasado nada, pero sin embargo, han sucedido un montón de cosas. Continuamos a vueltas con la mansión Dranitz y sus reformas. Llegan personajes y narradores nuevos que nos mostraran su forma de ver las cosas y completar la historia con sus recuerdos y vivencias.
Parece que las cosas van cogiendo forma, pero continuan estancadas en torno a la rehabilitación de la casa, pero continúa siendo algo secundario porque lo realmente importante son las relaciones sociales que se crearon en el libro anterior y se fortifican o se destruyen en este.
La historia se centra en esta ocasión un poco más en los personajes jóvenes y su forma de ver las cosas. Cuando una trama más ágil e impulsiva.
Por supuesto vuelve a dejarnos con un montón de caminos abiertos, con las ganas de saber como evolucionarán las relaciones, la resolución de los problemas que no dejan de aparecer y el cumplimiento de la misión final.
Estoy deseando leer el último libro, para saber como terminará todo.
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Tiempos de tormenta es la continuación del primer libro de la saga familiar La Mansión. En este libro seguimos con las andaduras de la familia von Dranitz y su asentamiento en el pueblo donde se encuentra la mansión familiar que Franziska consiguió recuperar después de la reunificación de Alemania.
Aunque la primera parte la saboreé con gusto, tengo que reconocer que esta segunda parte no me ha llenado tanto. Da la sensación de que no ha ocurrido nada interesante, no hay giros inesperados ni cambios substanciales en la trama. Por consiguiente, su lectura se me ha hecho lenta y todo lo sucedido me ha parecido irrelevante y lleno de nimiedades. En general, cuando acabé la lectura tenía la impresión de que terminé el libro en el mismo estado en que lo empecé.
No obstante, ha sido una lectura que, a pesar de sus carencias, he disfrutado por la narración de Anne Jacobs. Es una autora cuyo estilo me transmite mucha armonía y la manera de contar lo que transcurre en la vida de los personajes produce ternura. Además, la descripción del entorno y paisajes de la zona lo hace de manera muy cuidadosa y detallista. En comparación con el primer libro, no nos encontramos episodios históricos de la guerra, pero se puede percibir sus consecuencias y el resquemor que ha dejado en personajes como Walter y Franziska o las continuas comparaciones entre gente de la RDA o RFA.
En esta segunda entrega también aparecen nuevos personajes y me ha gustado mucho que se intercalaran las voces narrativas de los personajes principales con las de personajes secundarios como Mine, Sonja y Ulli. de hecho, sus capítulos me han resultado hasta más interesantes y resaltables que todo lo que cuenta Franziska, por ejemplo. Otra particularidad que destacar del libro es la fortaleza que transmiten todos sus personajes femeninos. Anne Jacobs nos ofrece una Franziska terca, una Jenny soñadora, una Sonja insegura, una Mine servicial, pero todas llenas de una determinación implacable; personas resolutivas y decididas a superar todo tipo de obstáculos.
Finalmente, del libro me quedo con la estampa final. La lectura merece la pena nada más que para llegar a ese capítulo final, pues es una historia que nos sigue recordando la importancia de los vínculos familiares, el apoyo de la comunidad y la lucha por perseguir tus sueños y conseguir tus propósitos a pesar de los fantasmas del pasado y las adversidades del presente.

La historia nos sitúa en una mansión y en una familia aristocrática. Las descripciones de los detalles de esta época están muy logradas y dan un aura que encaja a la perfección con la historia de amor de Franziska y Walter. Los conflictos que se desarrollan a lo largo del libro son tan comprensibles como la vida misma. Los fantasmas del pasado y las rencillas familiares son atemporales y este libro te mete en ellas de una forma muy natural y con bastante soltura. En esta novela hay muchos personajes. Hay algo de amor, amistad y familia.

La estructura no me ha gustado demasiado. Porque a mí me gusta mucha saber en qué capítulo voy. En este libro, no hay un número de capítulos. Hay partes. Cada una de ellas está centrada en uno de los personajes. No narradas por ellos, pero sí nos cuenta su historia de una forma más personalizada.

La narración es omnisciente. Es un narrador externo quien lo sabe todo y cuenta todo. Por ello, el punto de vista de los personajes será realizado por un narrador externo.

El lenguaje es un poco sencillo. Tiene una escritura fácil que la mayoría de veces propicia un seguimiento sin esfuerzos de la historia por lo que me he podido sumergir sin problemas en los personajes, sus emociones y sobre todo, y esto es lo que me ha parecido más interesante, la ambientación. Solamente le criticaría que esa escritura fácil y envolvente en ocasiones se torna monótona, predecible o incluso lenta... la catalogación como novela histórica, que era un poco lo que iba buscando con este libro, tampoco me acaba de cuadrar. Es más bien una novela sobre conflictos familiares bastante correcta y pasable.

Los personajes son varios.

Por un lado tenemos a Sonja que comienza el libro siendo niña. Quiere ser veterinaria y hacer de la casa familiar, una casa rural. Su tía Franziska es la baronesa y vive con su padre. Su madre Efriede ha muerto. Hay muchos más personajes como Mine que es la criada de la mansión. Y también hay muchos más. Pero no voy a hablar demasiado sobre ellos.

Mi valoración final es la siguiente: He leído este libro sin haber leído el primero. Pero os aseguro que no es necesario hacerlo. Porque no he tenido la sensación de haberme perdido algo. Hay muchos personajes y tramas abiertas y eso me ha frustrado mucho. Es un libro entretenido pero soso, le falta más sentimiento.
Mi puntuación es de dos estrellas
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La verdad es que no sé ni cómo empezar esta reseña, tengo sentimientos enfrentados. El quid es ¿no hubiera sido mejor dejarlo como libro autoconclusivo? He terminado el libro hace unas horas y creo que tengo la respuesta: no tiene sentido hacer una bilogía.

Si bien al principio lo cogí con ganas porque el primero me había gustado mucho, a la mitad empezó a desaparecer el entusiasmo. Es de destacar que estoy en una crisis lectora importante, me cuesta meterme en una historia, esta era fácil porque ya conocía a todos los personajes y el hilo conductor, así que no tenía que empezar de cero, cosa que agradecí. El problema es que analizándolo en frío, no le veo mucho sentido, incluso diría que está "vacío".

El primero podía ser un final cerrado y quedaría genial. El segundo podía centrarse en algunos aspectos concretamente en Franziska y Walter porque ¡por fin se encontraron y se van a casar! sería genial viajar más al pasado y ver cómo salvan esos cincuenta años de espera, cómo afrontan su nueva vida y sus problemas actuales. Pero la autora empieza a meter que si a Sonja (su trama no la entendí, no aporta nada), Mücke (hilo mal llevado en mi opinión), Kacpar no sé por qué no aparece más en la trama de Mücke, Jenny y sus amoríos (por lo menos tres pretendientes), ... y así hasta un sinfín de relleno.

Vamos a ver, si con la pareja principal ya había tela para cortar: entre los préstamos para la mansión, la boda y todo lo que vivieron separados había páginas de sobra. ¿Que necesitas más escenas secundarias? Genial, pues nos quedamos con las historias de Mine del pasado (que disfruté como una enana y fueron súper pocas) y metemos más de la relación Franziska-Cornelia-Jenny (junto con Jenny y su padre biológico). ¿Más páginas? Mete a Simon en escena con la custodia de su hija o la relación de Walter con Sonja. Pero no compliquemos más la trama por favor, había momentos sobre todo con el tema de relaciones amorosas, que era un paso para delante y dos para detrás. Y encima cuatrocientas y pico páginas cociéndose a fuego lento para luego solucionarlo todo deprisa y corriendo al final. Me dio la sensación de que enrevesada las cosas porque ya no sabía qué contar y no había de dónde sacar. Es una lástima que no aprovechara los personajes que había creado en la primera.

El resultado de las relaciones fue un poco meter nombres en un cuenco e ir cogiendo al azar, y así se quedaban.

He puesto tres estrellas sobre cinco porque en realidad está bien escrito y la primera mitad entretiene, pero sin duda alguna leería el primero y haría como si fuera único, así guardaríais un mejor recuerdo sin lugar a dudas.

Ejemplar cedido por Masa Crítica Babelio