Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, suponen algunos, sueñan.
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Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, suponen algunos, sueñan.
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Era una casa vil [...] Hill House es vil, es una casa enferma, márchate de aquí de inmediato.
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Qué frío hace, pensó Eleanor infantilmente; nunca seré capaz de volver a dormir con todo este ruido surgiendo de mi cabeza; ¿cómo pueden los demás oír el ruido, si está saliendo de mi cabeza? Estoy desapareciendo centímetro a centímetro en esta casa, me estoy desmoronando cada vez un poco más porque todo este ruido me está desgajando; ¿por qué están asustados los demás?
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-¿Siempre vas donde no te quieren? Eleanor sonrió plácidamente. -Nunca me han querido en ningún sitio -dijo. |
(...) lo único que quiero en este mundo es paz, un lugar tranquilo en el que tumbarme a pensar, un lugar tranquilo entre las flores donde pueda soñar y contarme a mí misma dulces cuentos.
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Aportas más luz a este cuarto que la ventana.
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Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, supongo algunos, sueñan. Hill House, nada cuerda, se alzaba en soledad frente a las colinas, acumulando oscuridad en su interior; llevaba así ochenta años y así podría haber seguido otros ochenta años más. En su interior, las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazan limpiamente, los suelos aguantaban firmes y las puertas permanecían cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro, caminaba solo.
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El viaje termina cuando los amantes se encuentran, cuando los amantes se encuentran.
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No lo hagas, le dijo Eleanor a la niña; insiste en tu taza de estrellas; una vez te hayan atrapado para que seas como todos los demás, nunca volverás a ver tu taza de estrellas
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Canta antes del desayuno y llorarás antes de la noche.
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.