La lotería

Un relato corto interesantísimo que solo se puede dejar de leer cuando la última página alcanza su fin.
Un relato corto que viene con cargas de profundidad imponiendo una profunda reflexión sobre la aceptación de normas y principios que se oponen a la propia vida.

En este relato los participantes en la lotería no atienden a principios de coacción sino que más bien participan en el juego de la lotería por consentimiento aceptado comunitariamente.

Si algo deja claro este corto relato es el interés manifiesto de la autora por escandalizarnos , conmovernos, descentrarnos y animarnos a escarbar en los huecos, en los hoyos de la vida con el fin de mirarnos con nuestros propios ojos y hacernos todo tipo de preguntas.

La autora nos obliga a adentrarnos en los significados de las palabras superstición, tradiciones y pecados que por algún motivo muy oculto, debemos expiar.

Nos cuenta que cada año los vecinos de un pueblo , más bien pequeño y no demasiado habitado, deben acudir a la plaza, todos los habitantes, insiste la autora, todos, los hombres, las mujeres, los niños, todos , familias enteras quedan conminadas en un día concreto del inicio del verano, a una hora dada a reunirse para participar de una rifa.

Dicho así parece, nos da la impresión, de que se trata de un asunto festivo y familiar. No vamos a poder conocer hasta el final que es concretamente lo que se rifa, ni el método que se va a utilizar para que este sea equitativo y justo para todos los participantes, que, como ya hemos dicho, incluye también a los niños de cualquier edad.

Conocen estos ciudadanos que el sistema es por insaculación y también conocen que es exactamente aquello que se rifa.

Somos nosotros , los lectores de la lotería, los que desconocemos absolutamente todo , pues solo llegado el final podremos acceder a conocer en qué consiste este juego de la lotería.

Entonces es cuando sentiremos asombro, estupor y pasmo, sí también pasmo y extrañamiento ante la incapacidad de comprender el sentido profundo y ancestral de esta lotería.

En este relato, el interés por conocer el final es constante, lo seguimos, queremos saber, ver cuál es la cuestión que durante las páginas precedentes se nos va ocultado, llegado un momento, queremos saber.

Y sí, lo conseguimos, llegamos a la última página, y a partir de ahí, quizá cabría cerrar el libro, atraparlo entre las manos y pensar, pensar, pensar, hacer conjeturas, intercambiar posiciones, imaginar mil situaciones e intentar, finalmente, comprender lo que nos dice la autora respecto al sentido de la vida.

Sentido que transcurre en una infinita lotería cuyo juego solo terminará cuando lleguemos a su final, al final de la existencia.

Este relato no fue muy bien entendido cuando se publicó y fue centro de numerosas críticas, no se llegó a entender su dureza sin concesiones. Sin embargo, para mí, es uno de los mejores relatos cortos que he leído.

Difícil de asumir para muchas personas que verdaderamente, se llegaron a sentir muy molestas e indignadas. Finalmente, cuando la intención de la autora se comprendió, el relato tuvo un gran éxito y un enorme reconocimiento.

El libro es impecable en su estilo , la escritura se muestra libre y precisa, fluida, ágil y audaz.

Este libro contiene una metáfora claramente existencial que, a menudo, queda patente en las reflexiones del ciudadano medio cada vez que dice o señala que la vida es una lotería.

Queda claro que ninguno venimos al mundo por deseo expreso, venimos porque otros nos han hecho nacer y cuando nacemos, quienes nos hicieron nacer, nos entregaron una participación en la lotería de la vida.

La fortuna, la suerte de una vida, se evaluará al final, en ese repaso que parece que vamos a tener que hacer cuando este se acerca.

Excelente e impresionante relato de una reconocida y gran escritora. Si no lo han leído, no se lo pierdan .