El reloj de sol

Con Shirley Jackson me sucede algo peculiar: es una autora laureada que muchos reconocen como la inspiración para una nueva clase de horror, una suerte de ícono incuestionable... pero personalmente no encuentro sus libros terroríficos en la más mínimo. Son, a lo sumo, perturbadores. Tal vez se deba a mis características como lector, pero es la verdad.
"El reloj de sol" está poblado de personajes desagradables. No hay un solo que genere simpatía. Todos son codiciosos, interesados, egocéntricos y así podríamos seguir. La familia Halloran vive encerrada en su gran mansión, en medio de delirios de grandeza, encabezados por la tía Fanny, una mujer obsesionada por el pasado y su historia familiar a niveles casi necrofílicos. La única niña de la historia, su sobrina Fancy, es una niña perversa y malcriada. Los sirvientes son manipuladores y solo piensan en la comodidad y el dinero. Los Halloran se creen grandes ídolos de un pueblo pequeño, cuyos habitantes tienen una mentalidad cerrada y poco cultivada, pero que en realidad los desprecian.
La mayor parte de la novela es, lisa y llanamente, aburrida. No sucede nada. La familia y sus diversos visitantes viven inmersos en su microclima, completamente ajenos al mundo exterior. Algo que también le bajó puntos al libro es que después de haber leído "La maldición de Hill House" y "Siempre hemos vivido en el Castillo", es imposible no notar las enormes similitudes. En "El reloj de sol" y "Siempre hemos vivido en el Castillo" (spoilers a continuación si no leyeron esas dos novelas) hay personajes en silla de ruedas con sus facultades disminuidas. En ambas novelas una familia rica vive rodeada de pueblerinos que los detestan. al igual que en "La maldición de Hill House" hay eventos sobrenaturales que condicionan la trama, pero que apenas se describen oblicuamente. El final, al igual que en esa novela, es abierto y anticlimático.
Que un escritor visite los mismos temas en sus obras, sucede a menudo. Pero no que la trama ocurra en ubicaciones virtualmente idénticas, con personajes casi idénticos e idiosincrasias casi idénticas.

Que difícil aproximarse a un libro que no conoces de nada, que no te has leído la sinopsis y además de todo lo haces esperando otra cosa, me explico, este libro me lo he leído porque salió votado para una lectura conjunta en un reto, la cuestión empieza desde que el género a elegir era Fantasía, así que las participantes del reto proponemos un libro, se vota y luego leemos el que más votos haya ganado.
Este libro ganó, así que de entrada pues se imaginarán que esperaba un libro muy distinto, cuando empecé además de la sorpresa de darme cuenta que de fantasía no tenía nada, fue que parecía como paranormal o de terror, en fin, más adelante comienzan una serie de situaciones donde honestamente no entendía nada, conversaciones extrañas entre los personajes, personajes además, uno más raro que el otro y ahí va otro descolocón porque tampoco era un libro de terror, decidí parar la lectura y fue apenas hoy que la he retomado.
Una sátira, eso es lo que es este libro, una además que cuando me he dado cuenta de ello, entonces la empecé no solo a disfrutar si no que además he soltado una cantidad de carcajadas, por supuesto y ya que se trata de una parodia, Shirley Jackson ha exagerado a los personajes, ha hecho un trabajo fabuloso poniendo situaciones una cada vez más loca que la anterior para que nos riamos de esa gente enajenada que se deja llevar por supuestos augurios del fin del mundo.
Cada personaje es una maravilla, cada rol que juega cada uno de ellos en esta parodia tiene su punto de locura y de enajenación, imposible no reírte con ciertas situaciones.
El único pero que le voy a poner a este libro es el final, no me ha gustado la manera en que termina el libro porque básicamente no me gustan los finales abiertos, aunque pensándolo bien, no se de que manera podría haber terminado todo esto, creo que me habría gustado ver las caras de todos al darse cuenta de su error.
Sin duda la autora ha realizado un gran trabajo satirizando esta situación y les recomiendo entrar a este libro con la mente abierta.

En esta novela Shirley Jackson nos narra una saga familiar la de los Halloran. La novela comienza con el entierro de Lionel, el hijo de Richard y Orianna, que era el dueño de la mansión Halloran, allí además de ellos viven, la tía Fanny, hermana de Richard, a Maryjane, viuda de Lionel y su hija Fancy, miss Ogilvie, institutriz de Fancy y Essex, que se encarga de la biblioteca.

Tras la muerte de Lionel, la mansión pasa a manos de Orianna, ya que Richard está impedido y tiene lapsos de memoria, (por eso tiene una enfermera que lo cuida), así que Oriana decide echar de la mansión tanto a familiares como a sirvientes exceptuando a tia Fanny y a su nieta Fancy.
Pero antes de que lleve a cabo tal acción, tía Fanny recibe un mensaje sobrenatural de su padre, que murió hace tiempo, donde le dice que se acerca el fin del mundo, y que deben quedarse en la mansión si quieren sobrevivir, con el paso de los días irán acogiendo a más personajes de lo más diversos.

Empecé leyendo esta novela sin haber leído antes la sipnosis, y la verdad no esperaba lo que me encontré, yo esperaba una novela seria de terror gótico con elementos paranormales y esta novela no es nada eso.
Aunque la narrativa me estaba gustando me tenía bastante descolocada, a veces me perdía entre las conversaciones entre los personajes, porque va saltando de unos a otros.

Me parecía una autentica locura, un total despropósito hasta que llegué al 35% del libro y me di cuenta que esta novela es una sátira, una parodia sobre los hechos que se narran en la novela.
Me ha gustado mucho como la autora ironiza en estos temas, y al llegar al capítulo 5, con la reunión con Los Auténticos Creyentes me ha hecho reír y eso en mi caso, no es nada fácil.

Los personajes son de lo más variopinto, y con unas personalidades de lo más peculiares, y están muy bien perfilados, aunque ninguno me haya gustado especialmente, aunque en los últimos capítulos Orianna se me ha hecho insoportable, realmente son los que le dan peso a la novela, toda la novela gira alrededor de lo que hacen, dicen o piensan.

En mi opinión, esta es una saga familiar, la historia de una familia que gira en torno al acontecimiento de que llega el fin del mundo, y vemos su día a día, con sus discusiones, sus odios y diferencias de opinión todo ello en todo irónico.

Me ha llevado mas de lo estimado terminarlo y eso debido a que no pude conectar en ningún momento con el libro, por partes me he aburrido y por otro algunas escenas irónicas y su triste humor que no causó mucha gracia me hicieron que lo intercale con otras lecturas y lo leyera de bocado en bocado.

En resumen el patriarca de la familia se le aparece en una visión a la tía Fanny, haciéndole partícipe de que el fin está cerca y que deben recluirse en la casa a fin de sobrevivir a la catástrofe y ser parte del nuevo comienzo... la trama se desarrolla toda en la casa y se centra en la espera... la preparación y la espera del fin, simple y plano para mi gusto.

Una lectura que me ha costado lo suyo. Una historia surrealista, sin sentido, que me ha aburrido más que otra cosa y que de miedo tiene poco.

Eso sí lo cortés no quita lo valiente, y es que está escrito de tal forma que perfectamente se puede adaptar al teatro sin ningún cambio drástico en el hilo de la trama. Y es que la autora consigue que realmente te imagines los diálogos. Sólo por eso no se queda solo con una estrella.

Tenemos en El reloj de sol un gran ejemplo de ambientación gótica, con un conseguidísimo aire de decadencia, humor ácido y personajes excéntricos.

Es inquietante, morboso, divertido, oscuro y absolutamente adictivo. A ratos claustrofóbico y espeluznante, a ratos siniestro, emborronando lo real con lo sobrenatural, como si de un sueño febril se tratase.

Está plagado de diálogos ingeniosos (sutiles a veces, vacuos otras, siempre autoindulgentes) entre un elenco de personajes tan vivos, excéntricos, impertinentes... dignos del mejor Oscar Wilde, que ni siquiera se escuchan los unos a los otros la mayor parte del tiempo.

Una auténtica delicia gótica, de una reina de las atmósferas góticas.

Se me ha hecho lento. La historia no es ni tan jocosa como pretende ni tan misteriosa como le gustaría. La premisa del fin del mundo es en realidad una excusa para enmarcar una dinámica de familia y amistades, con sus rencillas, imposiciones de poder, indiferencia, lados, rencores, etc. Se trata más bien de una historia que se decanta más por lo costumbrista construido sobre pilares de humor un pelín negro o irónico.

Puede ser entretenida (aunque se me hiciera tan lenta) pero en realidad no tienes la sensación de que pase prácticamente nada. Además, el "final" me ha parecido insatisfactorio hasta decir basta.

En fin, historia que para mí ha sido un poco decepcionante y que probablemente olvide pronto. Está bien escrita y tiene algún personaje más carismático que otros (más planos que una tabla). Pero eso. Bien, sin más.

En esta novela de Shirley Jackson volvemos a tener una casona inmensa como protagonista principal e hilo conductor de una historia a la que cuesta verle el sentido. La premisa es muy sencilla: tras la muerte de Lionel, dueño de la mansión, su madre se hace con el control de todo y un pequeño grupo de familiares y amigos quedarán “atrapados” en la casa por las advertencias de apocalipsis que recibirán desde el más allá; ellos serán los que hereden el nuevo mundo, la casa les protegerá. Hay muchos detalles interesantes y que sugieren que podríamos estar ante simple locura e histeria colectiva, pero también hay otros que apuntan a una actividad sobrenatural real. Como siempre, la autora es muy ambigua en cuanto a la realidad de los sucesos.

Lo importante no es la trama, y si buscas una trama con su introducción, nudo y desenlace te vas a tirar de los pelos; abstenerse lectores que no llevan bien los finales abiertos. Lo importante es la reacción de los habitantes de la mansión ante el inminente día del juicio final y las relaciones de los mismos con el mundo exterior. El libro cuenta con alguna escena verdaderamente inquietante, pero se inclina con mucha más fuerza por la parodia que por el terror. Los protagonistas son de lo más variopintos, excéntricos, narcisistas, gente que se sitúa a si misma por encima del populacho y que tiene una idea completamente distorsionada de qué son y cómo les perciben desde el exterior. Esto es lo más interesante del libro, pero no tiene un desarrollo monumental. Toda la novela es más bien caótica, bizarra, casi inexplicable.

Dentro de que es una lectura fluida y entretenida, con escenas geniales que plasman la envidia, el odio, la manipulación, la pérdida de contacto con la realidad (entre otras muchas cosas), lo cierto es que como historia no le veo cohesión alguna. Se inician ideas que quedan en el aire, se acepta una realidad imposible con la facilidad con la que aceptas que hoy lloverá si al mirar por la ventana ves nubes negras y, sobre todo, las acciones de los personajes encaminadas a llamar tu atención, a hacerte creer que se avecina algo gordísimo, se quedan en nada. Quizá es inconsecuente a sabiendas, estoy casi segura de ello por las críticas que se dejan ver en toda la historia, pero es una inconsecuencia que para mí no funciona, especialmente comparada con otras obras de la autora.

Como digo, es inquietante y muy bizarro. Cínico y una caricatura perfecta de esa nobleza que está completamente fuera de lugar pero se resiste a dejar ir sus privilegios. No me atrevería a recomendarlo, es uno de esos libros de los que solo tú puedes saber si es para ti (y quizá ni eso xD). Yo lo he disfrutado sin volverme loca.

Una historia diferente, mezcla de suspense y sátira. Una profecía dictada por el primer dueño de la casa, unas personas que se lo creen todo y actúan en consecuencia. Yo creo que en este libro la historia es lo de menos, lo que priman son los numerosos personajes que aparecen con sus virtudes y defectos, con sus miedos y con sus problemas. Ha estado bastante entretenido.

Este libro de Shirley Jackson fue el mejor que lei hasta el momento, es emocionante, rodeado de suspenso, sentido del humor —aunque no siempre agradable, lo que sucede es siempre malévolamente gracioso.
En El reloj de sol tenemos la mansión de los Halloran con sus parques, sus laberintos, rosedales y laguna. Y un reloj de sol, en el que el patriarca de la familia había hecho esculpir las frases: “¿Qué es este mundo? ¿Qué se desea tener? Un momento estás con tu amor; al siguiente, solo y sin amigos en la tumba fría.