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Una vez más, la manera de escribir de Holly Jackson es fantástica. No solo a nivel estilístico, sino a su capacidad de desarrollar la historia. Está todo muy bien hilado, e incluso hay pequeñas cositas que se arrastran desde el primer libro. No ocurre como en otras historias donde parece que el autor se va sacando cosas de la manga según más le conviene. Aquí todo se desarrolla de manera orgánica. El personaje de Pip, que ya en el primer libro tenía vida propia y profundidad, sigue creciendo: conocemos otros matices más oscuros, otros más reales. Su relación con Ravi, además, es fantástica y muy natural. La edición del libro es una pasada, con fotos reales que toma Pip de ciertas pistas de la investigación. Así, en todo momento conoces lo mismo que ella, tienes ante ti las mismas pistas que ella utiliza para resolver el misterio. Si le tengo que poner una pega al libro es que desde el principio es fácil intuir quién va a estar involucrado de alguna manera en el misterio, aunque todavía no sepas cómo. Y, por favor, que alguien lleve a Pip a terapia. |
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