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Si había alguna posibilidad de estar aún más embrujada con esta escritora, este libro lo ha conseguido. Es un libro para fans, o potenciales. Y yo, pues vengo así de fábrica. Un recopilatorio con material inédito, editado por dos de sus hijos, Laurie y Sarah. Incluso con dibujos de la propia Shirley, que andaban por ahí, en sus cajas y cajas de manuscritos y papeles tecleados a máquina de escribir. Está dividido en cinco partes: 22 cuentos inéditos y 8 primeros cuentos, 11 ensayos y críticas, 10 textos con mucho humor en torno a la familia y 5 ensayos sobre la escritura. Ya había tenido el placer de leer a Shirley en modo cuentista (para mí, su mejor formato) y he vuelto a constatar esa relación especial que establece con el lector, su manejo magistral de las emociones, del tiempo y la cadencia de la narración. Y lo buena que es construyendo a sus personajes en torno a los diálogos. Destaca siempre, esa intención suya de mostrar lo inquietante y oscuro de las situaciones cotidianas. Lo oculto del mundo observable. Los personajes femeninos complejos que se debaten con los celos, egos y envidias. La infelicidad, la soledad y la mentira; también temas recurrentes en su escritura. Los ensayos consiguen acercarnos a la personalidad de Shirley. Con ese carácter un tanto excéntrico y su interés por lo esotérico. Un inconfundible sentido del humor y la ternura y originalidad con la que incluyó a sus hijos e hijas, y a su marido, en su obra. Su manera de observar a la infancia, me ha hecho admirarla más, si cabe. Por último, un posfacio muy bello de ls editors, que funciona como reconocimiento a la mujer, a la madre y también a la escritora |
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