Querido hijo: estamos en huelga

¡Qué narices para niños! ¡¡Este libro es para padres!!

Los progenitores de Felipe, hasta el moño de ejercer como sirvientes, mientras su hijo hace lo que cualquiera, el vago y además suspender, deciden ponerse en huelga.

¿En qué consiste? Tomad buena nota, me parece interesantísimo:

No más lavadora, no se hace la comida, la plancha ni se toca.
Queda confiscada la televisión y la videoconsola. No es que esté prohibido usarlas sino que ahora, son papá y mamá los que abusan y disfrutan de ellas.

Salen a cenar, vuelven tarde, se tumban al sol, pero sobre todo, dejan de trabajar para el "bueno" de Felipe que cre que sus padres se han vuelto marcianos.

¿Tienes hambre? Ahí está la nevera, llena. ¿La ropa huele? Pues te la lavas.

Progenitores de estos lares. Ha llegado el momento. Unidos somos más fuertes, ¡¡huelga indefinida!!

No puedo quejarme de mis hijas, pero tras esta lectura ( con la pequeña, la mayor está en fase meneo de cabeza como el perro de adorno de un coche y el noo, noo, noo por bandera) no falla a su cita con los dientes o los platos y milagrosamente la ropa sucia ha encontrado el camino del cesto.

No le hizo mucha gracia. Dice que era un rollo.
Ahhhhh no, este hay que acabarlo.
Y el resultado es que de vez en cuando, con ojillos de cachorro lastimero, dice aquello de: vale, pero no os pongáis en huelga.

Sierra i Fabra nos regala un divertido libro infantil, donde con humor, práctica el arte de llegar a acuerdos con los peques.

Aprende a ganarte tus " beneficios " en lugar de exigirlos.
Tal vez a ellos no se lo parezca tanto, pero para nosotros es mejor que un manual de supervivencia.

¡¡Se acabó el chollo chavales!!
Quien algo quiere, que le limpie el coche a su padre o a su madre.
¡¡Bajo amenaza de huelga!!

El otro día leí la reseña de Rafa Pérez sobre este cuento y me entró la curiosidad, así que ayer por la mañana me fui a la biblioteca y lo busqué. Me lo quería llevar a casa pero vi que no tenía muchas páginas y me puse a leerlo allí mismo en una cómoda butaca al sol que entraba por la cristalera. Se me pasó el tiempo volando y cuando lo terminé se me quedó la sonrisa de boba que mantuve durante toda la lectura (A saber lo que pensarían los que me vieron leyendo).

El protagonista es Felipe, que ha suspendido dos este curso y empieza las vacaciones de verano. No hace mucho caso en casa y no parece que sus padres estén muy contentos con él. Una mañana se despierta más tarde... qué raro... su madre no le ha llamado... no le ha preparado el desayuno ¿qué está pasando?

Sus padres están en huelga... y lo malo es que se lo han dicho a los padres de sus amigos y también están en huelga. Fuera privilegios y atenciones, si quiere comer que se lo prepare, si la ropa está sucia ahí está la lavadora, si quiere jugar a la consola, que se espere a que su padre deje de jugar...

Una divertida historia muy recomendable para los niños pero también para los padres y diría que para los abuelos, que a veces sin quererlo desbaratamos los esfuerzos de los padres con nuestros mimos y condescendencia (claro que... para eso están los abuelos.. ¿o no?)

¡Feliz lectura!

Cortito, fácil de leer y divertido.
¿ Qué pasa si los padres deciden ponerse de "huelga" ? ¿ Cómo reaccionan los hijos para llegar a un acuerdo ?
Al final.... es por el bien de la educación !

Este libro es corto y muy divertido, el protagonista esta acostumbrado a que sus padres hagan de todo por él, pero ¿Qué pasaría si sus padres deciden unirse a una "huelga?, el libro nos hace detenernos un momento para poder apreciar y agradecer el trabajo de nuestros padres al cuidarnos, sin dejar de lado el humor y la diversión.