La noche de las panteras

La noche de las panteras es una novela de terror atípica. Navega entre este género y el del thriller sin decantarse totalmente por ninguno de los dos. Además es una de esas historias con un protagonista indeterminado, escurridizo, que según el punto de lectura en que te encuentres parece ser uno u otro.

La mayor parte de la historia transcurre durante una sola noche: El país sufre varios ataques simultáneos por unos supuestos terroristas de los que nada sabemos y que han elegido localidades pequeñas como objetivo. La que nos ocupa, de la que desconocemos incluso el nombre, es invadida por felinos de todo tipo que, hambrientos, siembran el terror, el caos y la muerte en toda la población.

Desde el comienzo Mesa nos sitúa en un escenario nocturno, desangelado, lleno de cemento y carente de calidez a pesar de desarrollarse en verano. Los personajes son casi todos depredadores; los primeros en aparecer, felinos sacados de su hábitat, son aterradores pero también los más inocentes, y se nos irán mostrando como simples animales fieles a su naturaleza, asustados, desorientados, que sólo buscan sobrevivir. Después el autor nos retratará a los más despiadados o culpables, según el caso, los humanos; cada uno irá mostrando su verdadera naturaleza con el discurrir de los capítulos. Algunos son la consecuencia de su pasado o de situaciones que nada tienen que ver con ellos. Otros, seres malignos por naturaleza y los menos, auténticas víctimas de la sociedad, la crueldad, los prejuicios o la violencia.

Los personajes son atípicos, un claro muestrario de la población urbanita que se sale de lo habitual. Nos encontramos, entre otros, con macarras de barrio, con un “desafortunado motero con mucha suerte”, con Silvia, una superviviente con mucha calle y sentimientos contradictorios, con una policía dura y atormentada y con Victoria Alborada, una transexual que acapara toda la atención en gran parte de la obra junto con David, un niño enigmático. Sin embargo, la línea argumental al principio es algo errática; se intercalan capítulos que narran diferentes sucesos y no te permiten decidir cual es el hilo a seguir, pero en la segunda mitad de la obra los caminos confluyen, los que parecían secundarios ganan peso y alguna sorpresa aguarda agazapada, preparando sus garras y colmillos para atacar al lector.

En cuanto al estilo de Mesa, diferente al que exhibió en ‘los hijos de la araña', es bastante controvertido. Algunas expresiones y metáforas dan frescura y humor negro al texto. Otras no aportan mucho a la hora de remarcar algún punto y pueden parecer excesivas, ralentizando la lectura. Intuyo que con el tiempo acabará siendo de aquellos autores que son adorados u odiados por su prosa distinta a la habitual.

En todo caso estamos ante una lectura recomendable a la que el lector debe acercarse con mente abierta y sin intención de compararla con ninguna otra obra leída anteriormente, pues esta se sale de los esquemas habituales y desplaza su trama sobre el potente motor de la crítica social al desprecio y los prejuicios, abogando a su vez en defensa del desconocido mundo interior de l@s transexuales. Con todo ello, para quien finalice la novela, habrá varias sensaciones de las que no se podrá desprender: rabia e impotencia ante las injusticias, y un terror atávico ante el dolor agudo que producen unas garras surcando la piel.
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Agradezco a Babelio por hacerme llegar este ejemplar gracias a su Masa Crítica.
Lo primero que he de destacar de “La noche de las panteras” es que es una historia con grandes dosis de adrenalina, que al ser novela corta, he leído en dos ratos.
Una vez acabada su lectura me he preguntado, cómo ha hecho el autor J.G. Mesa para conseguir transmitir tales sensaciones en tan poquitas páginas.
En una localidad española, el autor no dice dónde, un tráiler deja escapar a un buen número de felinos entre tigres, panteras, leones y leonas. En una sola noche se desata el terror.
J.G. Mesa nos plantea esta historia en “La noche de las panteras” y fue el ganador del V Premio de Novela de Terror de la ciudad de Utrera.
La narración de J.G. Mesa es impecable. Consigue que el lector se sumerja en una noche en la que el terror y el caos es el protagonista. Yo, como lectora, ha llegado un momento en que me he descubierto comiéndome las uñas literalmente.
Otro punto fuerte de “La noche de las panteras” son sus personajes. Hay pocos, pero muy bien construidos. Conocemos a Victoria, una mujer travestida que trabaja en un local y que su vida no ha sido precisamente buena. Silvia es esa amiga macarra que trapichea con drogas…o lo que puede. David, un chico marginado al que la vida tampoco lo ha tratado bien. Dos policías también con sus propios fantasmas personales. Y el resto del pueblo que de un modo u otro va encontrándose cara a cara con la muerte.
J.G. Mesa nos narra el terror que una persona puede sentir al encontrarte en esa situación pero también se para a contarnos que los felinos también sienten ese terror por los humanos. En esta novela, los animales salvajes son un problema, pero no es el único. En situaciones de estrés, terror y caos, lo más peligroso es el propio ser humano. Nosotros, los hombres somos lo peor, al fin y al cabo, las bestias solo se defienden cuando se sienten amenazadas. El hombre no.
En resumen, “La noche de las panteras” ha sido una novela que me ha hecho sentir inquietud, la cual la he leído en apenas dos ratos y he disfrutado mucho pasándolo bastante mal. La recomiendo.

La noche de las panteras se publicó en 2018 como novela corta de terror. La trama de esta historia se centra en la capacidad del ser humano para hacer daño sin sentir ni un ápice de remordimiento. Estamos hablando de un atentado terrorista desde un planteamiento ficticio pero no imposible de producirse en la realidad. No es un atentado aislado, puesto que ocurre en distintos puntos de España y además, no es el tipo de atentado al que estamos acostumbrados a ver. En esta ocasión, el autor nos mete en una historia donde los felinos salvajes, los escorpiones, las tarántulas y las serpientes, toman las calles de las ciudades protagonistas de la novela. Sin embargo, solo conoceremos el transcurso de una noche interminable de una sola de esas ciudades; en concreto, la que ha sido atacada por los felinos salvajes.
Aunque haya un@ protagonista central en todo esta noche de tensión y adrenalina, donde dormir es lo último en lo que puedes pensar; el autor nos sitúa ante diferentes personajes con sus peculiares vidas y en la que todos están conectados.

Nuestra protagonista principal es Victoria Alborada quien con ayuda de su compañera de trabajo con la que tiene una relación de amistad amor-odio, intenta llevar a un crío hasta su casa durante la peor noche que se hayan podido imaginar vivir. Arriesgando sus vidas a ser devoradas por felinos salvajes hambrientos, deberán cruzar la ciudad para llegar a las marismas donde vive el padre de David. Durante este 'largo' viaje en una noche bañada por la oscuridad, en la que todo apunta que se convertirán en el festín de las bestias que han soltado los terroristas y que éstas juegan con la ventaja de poseer una visión nocturna; irán cruzándose con el resto de personajes que forman parte de esta historia.

Imaginar esta situación de miedo si te pilla en la calle o bien en algún centro público, puede hacerte sentir esa tensión que sufren los personajes. Aquí, estar escondido en tu propia casa puede ser la mejor opción hasta que las autoridades controlen la situación, porque los atentados, como bien sabemos, suceden en lugares públicos y transitados. Y en esta ocasión, enfrentarse al enemigo no es la mejor opción si no cuentas con los recursos adecuados.
Como he dicho en líneas anteriores, el autor quiere hacernos ver hasta dónde puede llegar la maldad del ser humano ¿Acaso hay límite? No. Siempre hay nuevas formas de hacer daño y provocar dolor lo más lento posible: la formación de los terroristas está en continúa actualización, y no solo de ellos...
A pesar de esta imagen tan negativa, es una novela que también nos muestra la capacidad de humildad y generosidad del ser humano que suele presentarse ante este tipo de casos y que debería abundar más en el mundo.

La noche de las panteras es una novela corta, muy rápida de leer, ligera y llena de suspense. No es una novela que me haya apasionado pero me ha parecido interesante el enfoque que le ha dado el autor a los atentados terroristas. La trama en sí me ha tenido enganchada a lo largo de toda la lectura.
En cambio, al principio, la lectura fue un poco chocante en la forma de escribir porque las frases eran muy cortas y formadas, desde mi punto de vista, con muchas conjunciones copulativas de tipo 'y'. A medida que avanzaba en la lectura, esto fue disminuyendo, lo que me ayudo a centrarme más y mejor en la propia historia en sí.
Por último, decir que el final es sorprendente porque da un giro de 180 ºC a la trama principal de esta noche de felinos salvajes.

Una novela entretenida para cambiar el chip ante lecturas más pesadas que además, al ser corta te permite darte un respiro no muy largo.
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