Laberinto de hierba

Cuenta esta historia que había un joven obsesionado con una melodía infantil . Aunque esa canción de su infancia se iba desvaneciendo de su memoria él se aferraba a ella porque era el único recuerdo que le quedaba de su madre fallecida. Akira Hagoshi, decidido a no olvidarla busca a alguien que sepa la letra de esa canción que su madre le cantaba de pequeño. En esa búsqueda llega hasta una mansión encantada situada en en el bosque de Akiya. En ese extraño lugar junto a un monje peregrino cuyo nombre es Kojiro y un anciano llamado Saihachi la búsqueda llegará a su fin, pero antes todos ellos habrán de superar los peligros que se ocultan en las manchas de las paredes, tras las puertas correderas o entre las oscuras hierbas del jardín de la Puerta Negra.

Su narración principal se va desvelando despacio a través de otros relatos protagonizados por diferentes personajes, se basa en eso en historias que se adentran en un laberinto dentro de la propia historia principal, de la cual no logras intuir hacia dónde te llevará. Se podría decir que este maravilloso libro tiene la misma estructura que una matrioska, esa muñeca rusa en que su originalidad consiste en que se encuentran huecas y en su interior albergan una nueva muñeca, y esta a su vez a otra. La lectura del libro es un verdadero placer, sientes la autenticidad de Izumi Kyoka en cada palabra, es difícil explicarlo, cada trozo que lees está cargado de mitología japonesa, es tan potente su escritura que logras visualizar su historia, prácticamente la sientes viva. Él sabe moverse en esa linde que separa la realidad de las creencias místicas o religiosas, dejándonos desorientados con su escritura.

Un monje peregrino, una anciana que sirve té al borde de un camino, nuestro joven viajero y un par de ancianos. La puerta negra de una mansión encantada que se encuentra en los limites de un bosque, con un jardín lleno de hierbas altas, pero cuya puerta dicen que separa este mundo del más allá. Historias asombrosas se mezclan con canciones que cobran vida. Estamos ante una narración gótica japonesa con toques de fantasía.

Lectura que engaña, nos hace creer que es una simple historia de la búsqueda de un recuerdo, pero no es verdad es mucho más. Todo se va enroscando, retorciéndose en cierta forma hasta llegar a confundirnos. Porque nos asombramos leyendo autentico terror, pero terror de verdad que se junta en ciertos momentos con la sátira y curiosamente logra acoplarse a la perfección sin resultar incongruente ni desafinando en la historia.

Qué bien narrado está este libro, no puedo más que repetirlo, si lo que he escrito hasta ahora no fuera suficiente para despertar vuestro interés deciros que el autor dejo un fondo tanto de referencia cultural como del folclore popular sin olvidarse de los elementos de la madre naturaleza. Toda una riqueza literaria de la cultura japonesa equilibrando cada una de sus palabras.

El misterio y la intriga también será una parte importante a destacar donde la imaginación y los narradores irán enlazándose haciendo encajar todo el conjunto. Ese mundo imaginario maravilloso que lo acompañan infinidad de detalles de los lugares en que se desarrolla la historia.

No sé que he hecho todos estos años de mi vida sin leer este libro. Qué tranquilidad el saber que ya quedó en mi memoria lectora. Vais a leer unos sucesos tan extraordinarios que os pasará lo mismo que me ocurrió a mi, no sabréis qué es real y qué fue un sueño. Pero no importa porque cuando lo cerréis lo mantendréis un poco más en vuestras manos, lo sé, yo tampoco pude soltarlo, no quería dejarlo en ningún estante, con los otros libros.