Malvarina. Quiero ser bruja

“Malvarina, quiero ser bruja (libro_1)” de @susannaisern y @laura_illustrator publicado por la editorial @flamboyanteditorial

Ante todo, agradecer a la editorial y a masa critica de @babelioespanol por el envío del ejemplar. Y por devolverme a esa edad en la que todo era hasta fácil.

¿Recordáis cuando erais pequeñas y allí, por nuestra época, la gente se empeñaba en preguntar que queríamos ser de mayores?

Desde bien chiquita lo tenía claro: jugaba a las Barriguitas y a las Barbies. Les hacia ropa, les daba de comer, me las llevaba de tiendas, paseaban a sus mascotas, les daba clase…

De repente, venia un ser malvado a la ciudad, yo hacía onomatopeyas de ¡¡arggg!! y ¡¡PUM!!!, planeaba con el bicho sobre sus cabezas y las convertía en brujas, luego tras vestirlas de zíngaras una de ellas les tiraba el Tarot y les leía el futuro, y no tendrían nombre, pero cada una tenía su horóscopo asignado.

Entonces llegaba desde el interior de la tierra, la que tenía vestida de Wonder Woman, abría una investigación y apuntaba todo detalle y pistas para descubrir y encarcelar al ser malvado que las había convertido en hechiceras, luego lo recogía todo y lo tenía bien ordenado hasta por colores.

Pues eso, nunca tuve claro lo que quería ser de mayor; quizás diseñadora, dependienta, profesora, criminóloga, tarotista, sanadora, psicóloga, limpiadora, cocinera, paseadora de perros. No lo sé, un poco de todo, y muchas cosas de nada.

Pero lo que si que me gustaba de verdad era sentirme bruja, y tan claro está como que mi nickname lo corrobora. al leer Malvarina y con edad adulta (porque los libros solo tienen edad, de 12 para abajo más o menos) he disfrutado como en aquellos días. Porque Malvarina no es una bruja al uso, es una bruja especial, una bruja moderna, a la que le gusta el color y las compañías vitamina. La gente que suma y no la que resta.

Malvarina ha llegado con este primer libro a quedarse como brujilla favorita y estoy deseando leer el resto de sus aventuras.

Mil gracias a la autora por una historia bonita para todas las edades, y a la ilustradora, por la maravilla visual, la paleta de colores fantástica y genial que dan ganas hasta de convertirlo en pastel y comérselo.

Susanna y Laura, gracias por la tinta*


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