Siempre amena esta autora, pero esta vez el relato va demasiado rápido, es como un reportaje periodístico donde los datos ocupan mucho más lugar que la dramaturgia, relegada a nivel de tebeo. La Historia de Santo Domingo en 1700 no logró cautivarme. Me costó avanzar, me costó terminar y encontré que el final es demasiado acelerado. |