Nos miramos solo durante un segundo en el que parece que escribamos toda una historia (...).
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Nos miramos solo durante un segundo en el que parece que escribamos toda una historia (...).
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A los mejores destinos se llega perdiéndose.
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El futuro es aterrador. Es una sombra difusa, negra, capaz de asustarnos aún en la lejanía. Capaz de reírse de nosotros, por que podemos intuir su forma pero nunca estar seguros de qué traerá cuando finalmente se convierta en presente.
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También hay belleza en la guerra. Hay esperanza y compañerismo. Se necesita una situación desesperada para unir a hombres desesperados.
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Mejor vivo que muerto. Vivo aún hay esperanza.
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Siempre queremos recuperar lo que hemos perdido.
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Habría sido muy fácil: coger a la princesa y huir.
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Tú no necesitas un príncipe, sino un dragón que te lleve lejos, volando, allá donde viven las estrellas.
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La justicia no existe. Es un hecho: la justicia es subjetiva como el bien o el mal, la verdad o la mentira. Matar a un hombre, traicionar a una persona... Nadie puede asegurar actos que están marcados como terribles sean en efecto malvados. Podemos matar para salvar una vida, podemos mentir para proteger a alguien, podemos traicionar para evitar un dolor más intenso. Y aún así, esas personas estarán igualmente muertas, engañadas o traicionadas. Sin duda, las razones honorables que lleven a un soldado a la guerra no evitarán que su familia llore cuando caiga en la batalla, las mentiras piadosas no dejarán de ser mentiras y harán daño aunque tratemos de evitarlo con ellas. ¿Quién decide entonces qué es lo que está bien y lo que está mal? ¿Quién tiene derecho a decidir lo que es justo?
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Tú no necesitas un príncipe, sino un dragón que te lleve lejos, volando, allá donde viven las estrellas.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?