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Marabilia ha sido una saga que me ha gustado especialmente, ha tenido sus más y sus menos, pero en general considero que las autoras hacen un muy buen trabajo a la hora de crear personajes y, sobre todo, en cuanto a incorporar temas de actualidad en todas sus historias a modo de denuncia. Marabilia cuenta con una gran diversidad de personajes, ya no solo cultural si no también sexual, y esto es lo que más resalto de estos libros, que Iria y Selene se preocupen de incorporar personajes de todos los géneros y en ningún momento tengamos la impresión de rechazo por parte del resto de personajes (exceptuando a los villanos, pero a ellos hay que darles de comer a parte). Probablemente lo que más me gusta de ellas es lo que me ha fallado estrepitosamente en este cierre. Tras comentar la lectura me he dado cuenta de que realmente esta saga no cumple con los estándares de las demás: por un lado no la podríamos considerar saga puesto que los cuatro primeros libros son autoconclusivos, pero por el otro sí es cierto que de fondo tenemos un marco político que se va desarrollando a lo largo de todas las historias y esa ha sido la excusa para este último libro, donde hemos recuperado a todos los personajes para cerrar esa trama que había quedado un poco así en el aire. Mi problema llega cuando al cerrar esa trama te cargas un libro al completo. Sé que ha sonado muy brusco, pero de veras que lo siento así y es que si reviso mis notas de la lectura, en todas las tandas se repite una misma idea: "Esto no puede estar pasando". Quiero aclarar que esto es una impresión totalmente mía, es muy posible que leáis el libro y os encante, pero cuantas más vueltas le doy yo, más absurdo me parece lo que ocurre, de veras que no le veo el sentido. Sabéis que no me molesta para nada encontrarme con sangre y vísceras, no suelo quejarme de que algunos personajes mueran si me quedo con la sensación de que es lo que la historia pedía, de que no había otra forma de seguir adelante. En juvenil suelo quejarme de que los personajes sobreviven a situaciones imposibles y, aunque sí es cierto que tal y como Iria y Selene han ideado esta historia era realmente complicado que ese momento terminara bien, sigo dividida porque realmente pienso que no era necesario llegar a ese punto. Tengo la impresión de que buscaban remover sentimientos a toda costa, y conmigo en realidad lo han conseguido, pero dudo que sea de la forma que ellas buscaban. Sé que la vida es dura, que es injusta y que porque te haya dado un palo no significa que no te vaya a dar otro aún mayor, pero la idea que me queda de esta saga es que Iria y Selene han añadido a dos personajes en esta saga solo para hacerlos sufrir, para cebarse con ellos una y otra vez. Por otro lado, desde que empezamos este libro sabemos que la guerra está al caer y, aunque tenemos varios movimientos intentando llegar a ese punto, esta al final se da, aunque nosotros no la veremos. No he terminado de entender el por qué de estar todo un libro preparando la gran batalla para luego obviarla. En un principio pensé que era porque quizá las autoras creen que no se les da bien eso de narrar luchas, pero precisamente la parte que no me ha gustado del libro (y con la que sigo ofuscada) es una lucha, así que claramente no es ese el problema. Sí hay otras partes que me han gustado: las sorpresas con algunos personajes; poder volver a leer a Lynne y Kay, recordar sus miedos y ver como se crecen ante la adversidad; ver a Brianna dar finalmente un golpe en la mesa y demostrar que ella vale para reinar aunque tenga un hermano gemelo y es que no me habría importado que este libro tratara solo sobre ella. Reinos de Cristal es un libro con el que tengo sentimientos encontrados. Me ha gustado que finalmente esa trama política quede cerrada, pero si hubiera sabido cómo íbamos a llegar a ello, creo que habría preferido no leerlo. Realmente no me habría perdido mucho porque cada libro queda cerrado en su epílogo. Enlace: http://pajaraslectoras.blogs.. |
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