—Un ladrón no es menos ladrón porque alguien le diga que robar está bien.
|
—Un ladrón no es menos ladrón porque alguien le diga que robar está bien.
|
En ocasiones, las mejores historias nacen de la necesidad de rebelarse contra el mundo. Del deseo de salirse de los límites marcados por otros. De un sentimiento de resistirse a lo que se supone que debemos hacer o ser. Los protagonistas de las mejores historias, por su parte, no tienen por qué ser grandes aventureros o enfrentarse sin miedo a dragones o piratas. A veces sólo son personas que se han dado cuenta de que no son felices y quieren ponerle remedio. Que quieren deshacerse de los barrotes de una jaula en la que ni siquiera son conscientes de haber estado encerrados. |
¿Y si todas nos sentimos insuficientes? ¿Y si sólo somos capaces de ver lo increíbles que son las demás, pero jamás podemos creer que nosotras estemos a la altura?
|
Es lo más parecido a una estrella que he conocido en mi vida. Yo, a su lado, soy sólo un Elemento, demasiado terrenal y salvaje como para poder medirme con ella.
|
Quizá te parezca una ayuda menos visible, pero es el tipo de ayuda más necesaria. No todo el mundo tiene la suerte de saber que hay alguien que, pase lo que pase, estará ahí.
|
—Seré clara, príncipe: vuestra madre tiene razón, tenéis muchos privilegios sobre vuestras hermanas. Y sobre mí. Y uno de ellos es que se os permite desear cosas. Se os permite incluso cambiar el mundo. El problema es que las muchachas hermosas, dulces, elegantes y silenciosas no tenemos oportunidades de hacerlo. No se nos pregunta qué queremos. Ni siquiera se nos enseña la respuesta, sino a dar la contestación que otros quieren escuchar.
|
A todas las mujeres. No importa lo inmensa que sea la jaula en la que nos han metido. Juntas vamos a derribar todos sus barrotes. Juntas podemos ser más libres de lo que hemos sido jamás. |
—Desconozco qué anhelan otros hombres, pero yo preferiría a una muchacha que fuese quien realmente quisiera ser, más allá de ideales y deseos ajenos. De lo contrario, de mi brazo no caminaría una muchacha, sino una quimera. Y la vida es demasiado larga como para compartirla con una fantasía.
|
Algunas personas me observan con escepticismo; otras, con devoción. Algunas esperan que haga grandes cosas, mientras que otras creen que voy a fracasar. Yo misma tengo mis dudas. Las llevo teniendo ya mucho tiempo. Miedo de no ser suficiente, de no estar a la altura, de fallar. A veces, antes de intentarlo. A veces también negándome a intentarlo, paralizada por lo que iba a ocurrir.
|
—Ellos tienen la última palabra. —Me escucho la voz extrañamente ahogada, como desde lejos. —No. Nunca la tienen. —me asegura—. Porque pase lo que pase, seguiremos luchando |
¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?