Esta vez he conocido a la dueña de la chocolatería; Keira. Ella es feliz, hace lo que más le gusta, trabajar con algo que le apasiona, el chocolate y sus creaciones de bombones y galletas hacen las delicias de todos los que se pasan por allí. Por su tienda pasa todo el mundo... menos su pareja, con la que lleva ocho años, pero que la hace sentirse mal porque según el le sobran unos kilitos. Menos mal que con la ayuda de sus buenas amigas ( las conozco del primer libro de esta serie, las dueñas de las otras tiendas de la calle), sus clientas y un secreto que llegará a descubrir sobre su novio y la ocasional aparición de su cliente preferido reunirá fuerzas para empezar otra vez.
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