Lo que todo gato quiere

La verdad es que he leído varias veces esta novela así que siempre me he acordado muy bien de todo y siempre que la leo me transmite muy buenas sensaciones, me trae muy buenos recuerdos y sobre todo, me divierte mucho, así que para mí, tenerla en papel, es una gozada y sobra decir la ilusión qué me ha hecho recibir el libro. Incluso es posible que os suene este título porque con él inauguré mi sección Recomendaciones Quiméricas, donde os recomiendo libros que a mí me gustaron mucho a pesar de que no son publicaciones muy famosas.
Hecho esta contextualización, vamos con la reseña propiamente dicha. Tenemos ante nosotros una trama muy peculiar y es que esta historia va de un chico que cuando se moja se convierte en gato. Sí, esta es una premisa de lo más increíble pero lo fantástico es que funciona dentro de esta historia. Sin embargo, quiero aclarar que la función de esta

novela no es realizar un análisis de porqué Sebastian se transforma o no, sino que lo que busca es entretener y divertir y tratar la superación de los personajes protagonistas, es una novela cargada de humor y creo que se disfrutará siempre que nos acerquemos a ella con la intención de pasarlo bien.
Con el trasfondo de este hombre-gato iniciamos una historia de amistad, en la que Ginger, víctima de las burlas de sus compañeros y sin un solo amigo conoce a Sebastian, un joven que tiene que lidiar con su extraña condición, pero también con la gran dificultad que se supone ser huérfano. Sebastian no sabe por qué es como es, pero piensa que sus padres lo abandonaron debido a ello y a pesar de que trata de disimularlo le duele mucho no tener una familia. Sé que dije que era una historia con mucho humor y así es, pero también tiene su parte más triste y humana, y es por eso que siempre digo que esta historia es tan tierna.
La primera vez que leí esta novela me sorprendió lo bien caracterizados que estaban los personajes y la manera de hilarlo todo, sorprendente teniendo en cuenta que su autora tenía 16 años cuando la escribió. No voy a decir que es una historia perfecta, pero es tan disfrutable y tiene pequeños detalles que apuntan a que la autora tiene capacidades como escritora que siempre pensé que la novela merecía ser publicada. Por ejemplo, siempre me gustó lo buena que resulta la ambientación, y aunque la historia se sitúa en Inglaterra, a mí siempre me recuerda a un instituto típicamente americano de película de lo bien que se recrea el ambiente de jugadores de fútbol americano, animadores, fiestas, partidos, popularidad, etc y ahí entra la pobre Ginger, que quiere formar parte de todo eso sin antes saber si le gusta esa vida.
En ese instituto veremos muchas escenas épicas, como la aparición de Magda enfrentándose a la mayor torturadora de Ginger, a un Sebastian obligado a jugar en el equipo de rugby y peleándose continuamente con el chico más popular, el entrenador Callahan y sus peleas con la directora Foutley… Un montón de momentos divertidos que salpican toda la novela y que hacen que nos haga pasarlo bien. Todo eso nos llevará a algunos descubrimientos más serios sobre la vida de nuestros protagonistas que visto desde lejos pueden resultar demasiado convenientes, pero que yo creo que con todo lo que sucede son pequeños detalles que se perdonan.
Y se me olvidaba, pero por supuesto también hay amor. En cuanto a la relación amorosa, es imposible hablar de ella sin hacerlo de Ginger y Sebastian, los protagonistas. Con esta relectura he sentido que comienza más deprisa de lo que creía, pero al ser una novela que se publicaba por capítulos en un blog, estas cosas son comunes. Es un amor muy tierno y bonito y habrá varias escenas muy cómicas entre los dos, pero será muy especial porque Sebastian verá todo el potencial que hay en Ginger y será su primer amigo, lo cual hará que cambie un montón el mundo de ella.
Tanto Sebastian como Ginger, así como los personajes secundarios están muy bien caracterizados, cada uno con su personalidad y su propio tono y eso es una de las cosas que más me sorprendió para bien cuando leí la novela, porque además de estar bien construidos, con su pasado y sus problemas, son personajes que evolucionan gracias a una serie de hechos, con lo que al final de la novela tenemos un ciclo que se completa.
Algo que también quiero comentar es que no he notado que la novela esté corregida del todo o completamente, ya que me he encontrado con errores de puntuación y secuencias que necesitarían una segunda redacción, esperaba un poco más de trabajo en ese aspecto y puede que algunas escenas reescritas o añadidas.
Para quienes ya leyeron la novela, se encontrarán aquí la historia completamente igual, es la original sin cambios, pero con un epílogo añadido que nos muestra un poco más de la vida de Sebastian y Ginger.

Y para finalizar, hablaré de la edición, que me ha sorprendido para bien. Es de tapa blanda con solapas, como todos los libros que tengo de Nova Casa, pero en esta ocasión han añadido unos detalles en los principios y finales de capítulo muy cucos y que van muy bien con la historia. Os dejaré imágenes por aquí, pero que sepáis que están en todo el volumen. A mí, personalmente, este tipo de detalles me gustan mucho y creo que demuestra también cuidado por parte de la editorial.
Esta ha sido una lectura que he disfrutado mucho, como siempre, que me divierte y no se queda ahí, sino que me hace reír y la valoro mucho por eso, además de por presentar una historia tan tierna, con unos personajes tan bien creados a pesar de la juventud de la autora cuando la escribió. Estamos ante una lectura ligera, amena, que hace reír y que engancha, perfecta para desconectar y pasar un muy buen momento, de esas que dejan una sonrisa al terminarla.
Enlace: http://excentriks.blogspot.c..