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“¿Por dónde se empieza a reconstruir una vida partiendo de la nada?” ~ Morir no es lo que más duele de Inés Plana Giné. Tomás es un profesor de universidad que aparece ahorcado a las afueras de Madrid con los ojos arrancados. En el bolsillo, una nota con el nombre de Sara y su dirección. Sara es una joven que vive sola, desequilibrada emocionalmente y que parece que guarda una terrible oscuridad en su interior que ella misma desconoce. En principio no existen lazos que unan a Tomás con Sara más allá de la nota que ha aparecido en el bolsillo del profesor. Julián Tresser, teniente de la Guardia Civil, asume el caso junto con el cabo Coira. A medida que avanza la investigación, van aflorando oscuros secretos que se han ido enquistado en la memoria de los personajes y todos se ven envueltos en una espiral de lucha precisamente contra lo que no se puede luchar: el pasado. El libro atrapa desde el primer momento y hasta la mitad más o menos me ha tenido en vilo. A partir de ese punto se conoce quién es el asesino y se intuyen las causas pero no queda todo resuelto. Comenzamos a conocer la visión del asesino, sus pasos previos al crimen y posteriores. A pesar de que el caso está “resuelto”, el libro no pierde interés pero reconozco que hacia el final se me hizo más pesado y que ha habido algunas cosas que me han parecido precipitadas y cogidas un poco con pinzas. El teniente es un personaje que comienza con fuerza y cuyo carácter evoluciona hacia la oscuridad en paralelismo a los hechos en los que se ve implicado. Lo que no me ha gustado es el punto machista, misógino y homofóbico de este personaje. |
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