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Una buena novela policial que logra capturar y mantener el interés del lector, pero en la que el policía se decide por una línea de investigación que surge como conejo de un sombrero, es ese linea simplemente porque él decide que es la que hay que seguir, pero en la novela no hay nada que sustente menos en el principio que es el camino que debe seguir. Luego la motivación del crimen es algo extraña y tal vez un poco forzada. Me gusto como se refleja la relación entre el detective y su hija, una relación problemática que gira en torno a la dependencia de ella a las drogas y la frustración de ella padre de sentirse impotente y culpable de la condición de drogadicto de la hija |
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