La séptima lápida

Se nota en esta novela que el autor ha vivido el mundo carcelario desde dentro ya que nos introduce desde un primer momento en la jerga carcelaria y en sus códigos y normas no escritas. A través del protagonista de la novela, Michele Vigilante, un preso que sale tras veinte años de la cárcel, nos va mostrando el mundo de la mafia y de los clanes italianos, desde las diferentes escalas: el niño que ya empieza a dar sus primeros pasos para ganarse un sitio dentro del clan hasta los que controlan y mandan en cada uno de los clanes.
También se nos muestra en la novela el otro lado, el de la ley, con los inspectores y comisarios que luchan contra el crimen organizado, teniendo también este lado de la ley sus códigos y maneras de actuar, diferentes según cada personaje.
Una vez delimitadas ambas partes, el bien y el mal, la ley y la corrupción, resulta sorprendente que el escritor consiga que el protagonista despierte cierta compasión y ternura hacia el lector puesto que, a pesar de tener un historial ampliamente delictivo, deja en ocasiones ver su lado compasivo frente al débil.
Es en definitiva, una novela en la que la trama atrapa en un primer momento y te obliga a continuar su lectura para saber cómo va a terminar la aventura su protagonista, Michele Vigilante, y si, al final, conseguirá su objetivo.