Un enemigo del pueblo fue escrita por Ibsen en 1880 pero la temática planteada podría trasladarse perfectamente a los tiempos actuales. En una población Noruega se ha construido un balneario que es el motor principal de la economía y el crecimiento del lugar. El doctor Stockmann es el promotor de la idea y responsable médico de dicho balneario, aunque ha sido el alcalde (su hermano) el encargado de elegir el emplazamiento y llevar a cabo la construcción de las instalaciones. El problema surge cuando el doctor recibe los resultados de unos análisis y descubre que unas aguas residuales (de una curtiduria de su suegro) están contaminando las aguas y podrían poner en riesgo la salud de las personas. Ante este descubrimiento opta por obrar con rapidez, denunciar el problema y llevar a cabo urgentemente las medidas necesarias para eliminar el riesgo. La visión del protagonista es idealista y práctica, cuenta en un principio con el apoyo de los responsables del periódico local y no duda de que su propuesta será bien acogida. Pero a ese planteamiento científico y razonado, se opondrán razones de carácter económico y rencillas personales (celos, envidias) que llevarán la situación a un extremo no previsto por el buen e ingenuo doctor. Cuestiones tan actuales como la manipulación de la opinión pública, el comportamiento de las instituciones ante problemas de tipo ambiental o sanitario, el papel de los medios de comunicación y los intereses económicos de las empresas o personas afectadas son temas planteados en esta pequeña obra del dramaturgo noruego. Con un planteamiento sencillo y una escritura simple y natural plantea cuestiones morales de importancia, cuestionando los círculos de poder y poniendo en evidencia la fácil manipulación de las masas. |