La hora de las gaviotas

Son las fiestas de Hondarribia y, como cada año, hay jaleos con el Alarde. El alarde mixto sale media hora antes que el oficial y, cuando llega a la estrecha calle Mayor, los que se oponen al mismo intentan boicotearlo. Personas situadas en ambas aceras de la calle, suben plásticos negros en el momento en el que la procesión pasa por allí para que no se vea nada. Pero este año, va a pasar algo horrible: una mujer es apuñalada y muere desangrada. Será Ane Cestero y su equipo quienes se tengan que desplazar a la ciudad fronteriza para tratar de descubrir y detener al culpable.

Como he dicho al principio, conozco muy bien los escenarios. Vivo a menos de quince kilómetros de Hondarribi (Fuenterrabía) y es un pueblo que a mi marido y a mí nos encanta. Aprovecho para “vendéroslo” un poco: es un pueblo completísimo en el que hay playa y monte, una parte antigua de piedra preciosa, un barrio marinero colorido e ideal, una playa enorme de arena fina… Si es que no se puede pedir más. Para mí, Hondarribi es uno de los pueblos más bonitos de España. Como digo, nos gusta mucho ir a pasear o a tomar algo por lo que la mayoría de los escenarios citados en el libro los conozco. de hecho, solemos tomar algo en la cafetería en la que se reúnen los ertzainas. Como imaginaréis, esto ha supuesto un aumento del placer lector. Pero, no os preocupéis: no hay problema si no conocéis el pueblo. Uno de los puntos fuertes de Ibon Martín es la descripción de lugares (no por nada, antes escribía guías de viaje). Los diversos escenarios están tan bien descritos que os hace sentir allí. Sólo os faltaría oler el mar y oir los graznidos de las gaviotas.

Me ha gustado mucho la trama. A vosotros lo del alarde probablemente no os diga nada pero a los que vivimos por aquí nos suena y mucho. Tanto en Hondarribi como en la cercana Irún, el alarde siempre ha sido una fuente de conflictos. Cuando yo trabajaba en Irún todos los años presentaban demanda en el juzgado y, tras la celebración, eran muchas las denuncias por delitos y faltas varias. Ahora creo que el tema legal está resuelto pero eso no significa que la gente se haya aquietado y que la fiesta transcurra sin problemas. El alarde tiene su origen en el siglo XVII en el que la población estaba ocupada por los franceses. Los habitantes hicieron una promesa a la virgen de Guadalupe: si les libraba de los franceses, todos los años irían en procesión a su ermita. Y así se ha hecho desde entonces. Y no veáis cómo se vive tanto en Hondarribia como en Irún. El problema es que en el alarde tradicional sólo salen hombres vestidos de soldados. Pero ya hace unas cuantas décadas que las mujeres quieren también salir y este hecho dividía y divide al pueblo en dos: los que quieren un alarde tradicional y los que defienden el derecho de las mujeres a salir. Situar una novela de asesinatos en pleno alarde de Fuenterrabía es una idea magistral en mi opinión y no sé cómo no se le había ocurrido a nadie antes. Imaginativa y original. También valiente porque no sé yo qué les habrá parecido a los hondarribitarras jajaja. Además, en estos casos tan controvertidos, es difícil hacer una propuesta que contente a todos. Pero Ibon plantea las cosas con mucho tacto y cuidado, de una forma adecuada en mi opinión.

No es el único rasgo de valentía. También lo es sacar una lanza a favor de las mujeres. Son mujeres las asesinadas en este libro y este hecho sirve al autor para hacer crítica social sobre varios temas candentes. No hablo más del tema por miedo a soltar algún spoiler pero ya os digo que el tema de fondo tiene enjundia y que está muy bien tratado.

“La hora de las gaviotas” es la segunda entrega de esta serie policíaca protagonizada por un equipo de ertzainas que se dedican a casos especiales. Eso les permite no estar adscritos a una comisaría en concreto y poder trasladarse por toda la Comunidad Autónoma. Si en la primera novela de la serie – “La danza de los tulipanes”- Ibon nos trasladó al precioso Urdaibai en Vizcaya, en esta ocasión se queda en Guipuzcoa y nos lleva a la ciudad fronteriza de Hondarribi. Ane Cestero, la ertzaina que salió de la serie anterior (en una especie de spin off) dirige esta unidad especial en la que están quienes ya son sus amigos Iñaki y Julia. En esta ocasión tendrán un cuarto miembro al que no conocían de antes y un nuevo superior con el que Ane chocará frontalmente.

Como serie que es, mejor leerla en orden (sobre todo porque, de no leer “La danza de los tulipanes” os perderéis una gran novela) pero no es estrictamente necesario. Los casos son absolutamente independientes. Los personajes principales sí que son los mismos y los vamos conociendo a medida que avanzamos en la serie. Su vida personal tiene cierta importancia pero el autor sabe dar los datos necesarios para que el lector nuevo se sitúe. Además, Ane ya salió en las novelas anteriores, en la serie protagonizada por Leire. Y en todas las novelas de esta serie hay un guiño a la anterior que los nuevos lectores quizás no aprecien pero que a los “viejos” nos hace ilusión.

He disfrutado muchísimo con esta novela. Y ya no sólo por esos escenarios tan míos. La trama en sí me ha parecido muy buena, con ese punto de originalidad que le otorga el alarde pero también con otros toques que la hacen diferente. Me ha enganchado desde el primer momento y me ha hecho dudar de mucha gente. Hay unas cuantas sorpresas, algunas muy inesperadas, y varios giros argumentales que te dejan con la boca abierta. Es una novela policíaca pero también casi un thriller. Una novela hecha para entretener al lector; sin duda, lo consigue sin creces.

Conclusión final

Por si no ha quedado claro: me ha gustado muchísimo. Por supuesto, recomiendo vivamente su lectura. Y, si no conocéis Hondarribia, os aconsejo que vayáis buscando imágenes en google para ver la maravilla de escenarios en los que transcurre la acción. Una acción que, por cierto, no podría transcurrir en ningún otro lugar.

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