El último akelarre

El último akelarre es la tercera novela de la tetralogía de Leire Altuna escrita por Ibón Martín. En esta entrega la escritora Leire Altuna presenciará el primero de los asesinatos de lo que podría considerarse un asesino en serie. Nuestra intrépida escritora en busca de la verdad y la inspiración para su próxima novela investigará el crimen por su cuenta a veces con ayuda de la policía y otras veces en contra de ella. La investigación le acabará llevando a un lugar recóndito del Pirineo Navarro con una marcada tradición e historia de brujas como es Zugarramurdi.
Para mi elegir leer a Ibón Martín es elegir la seguridad de que el libro lo vas a disfrutar, y como no podía ser de otra manera este libro lo he disfrutado completamente.
Ibón va mezclando en la novela dos tiempos diferentes (en principio inconexos) de una forma tan natural y bien hilada que te irás dejando llevar entre sus frases sin darte cuenta. Ha sabido mantener la tensión desde la página numero uno hasta el final.
Me encanta la manera en la que el escritor ha sabido mezclar y transmitir esa historia que está afianzada en las entrañas de Zugarramurdi con el tiempo actual de la novela.
Como pega y por sacarle algo podría decir que quizás, he sentido que el final de la novela ha sido demasiado rápido. Además creo que ciertos puntos a los que les da cierto protagonismo a lo largo de la novela podría haberlos desarrollado un poco más.

Este año me he propuesto avanzar y, si es el caso, terminar las series y sagas que tengo empezadas. El último akelarre es la tercera entrega de la serie protagonizada por la escritora Leire Altuna que tan buenos ratos me ha hecho pasar.

Ibon Martín da comienzo a esta historia con una escena muy potente: nos encontramos en Bilbao donde Leire acaba de participar en una regata de traineras celebrada en la ría cuando, tras el bullicio con el que jaleaban a las remeras cesa y se hace el silencio, se da cuenta de que las miradas de la gente se dirigen al parque de Etxebarria donde una bola de fuego cuelga a media altura de su emblemática chimenea. al principio piensa que es una hoguera de las muchas que habrá esa noche pero la silueta que se vislumbra entre las llamas y los alaridos de dolor no dejan lugar a dudas: una persona se está quemando viva.

La investigación del caso se lo encomiendan a Ane Cestero que, tras su buen hacer en la resolución del caso del sacamantecas –el asesino de El faro del silencio, primer libro de la serie- se tendrá que enfrentar a lo que apunta ser un crimen ritual. Sin embargo, aunque habrá más victimas, contará con la ayuda de Leire e Iñigo, un profesor de criminología, para esclarecer el caso.

Aunque esta es la trama principal, el autor la intercala con una subtrama acaecida en el pasado, concretamente en los años 1609-1610 en el pueblo navarro de Zugarramurdi. Así conocemos a María, una joven pastora a la que su abuela prepara para ser partera, y a la que una amiga acusa de bruja por celos y envidia. También seremos testigos de lo que aconteció allí y en los pueblos de alrededor, un hecho histórico real, en el que más de un tercio de la población fue acusada de brujería, no porque lo fueran realmente, sino por las envidias y rencillas que había entre sus habitantes y también la animadversión del abad del monasterio de Urdax.

Pese a que a priori nada tienen en común, las dos historias están relacionadas entre sí, ¿cuál es el nexo de unión? Es algo que deberás descubrir por ti mismo si decides adentrarte en las páginas de El último akelarre y que no te eche para atrás que sea la tercera entrega de la saga ya que cada libro es autoconclusivo y se pueden leer independientemente, si bien es cierto que es mejor leerlas por orden.

Sé que ya lo mencioné en su momento pero lo mejor de estos libros, a parte de lo entretenidos que son si te gusta este género, es el cómo Marín recrea los escenarios en los que desarrolla la historia. Soy bilbaína y he visto reflejada mi ciudad perfectamente con su caos urbano, la universidad de Deusto, el barrio de Santutxu, el parque de Etxebarria y la ría como eje vertebrador de la ciudad. También conozco bien Zugarramurdi ya que vivo en Navarra desde hace unos años y he tenido la suerte de visitar este pueblo en contadas ocasiones y tanto la tranquilidad que allí se respira como sus impresionantes valles, su cueva con el río del Infierno, los prados verdes donde pastan las ovejas y el canto de los pájaros quedan plasmados a lo largo de las páginas.

El libro se estructura en sesenta y tres capítulos y hacen referencia a los días de la la investigación, comenzando el 14 de junio de 2015 y terminando el 27 del mismo mes. Es decir, trece días en los que se desarrolla la trama y en los que nos volvemos a encontrar con los mismos personajes de anteriores entregas: Leire Altuna, la ertzaina Cestero; Iñigo, el profesor de criminología; la hermana y la madre de Leire así como su pareja a los que vemos evolucionar, si bien el cambio más radical se aprecia en Cestero y no tanto en el resto del elenco.

A parte de los asesinatos y la caza de brujas, que son los ingredientes principales de El último akelarre, también nos encontramos con una crítica velada –o quizá no tanto- a los grupos neonazi que atacan a homosexuales, indigentes, extranjeros; también a sectas, manipulando a la gente de forma que anulan su voluntad. Elementos que conjugan un libro entretenido, con un lenguaje sencillo, sin artificios y con capítulos cortos que dan mucho dinamismo a la lectura.

Martín sabe cómo atraer la atención del lector con un ritmo constante que se acelera al acercarse el desenlace donde todas las piezas encajan en su lugar y te das de bruces al descubrir que quien creías que es el asesino nada tiene que ver en las muertes y te sorprendes al ver quién es el culpable y sus motivos, así como el nexo que une la historia del presente con la acaecida en el pasado.

Sé que a más de uno le echará para atrás que sea una serie pero, de verdad, si os llama la atención que no sea impedimento porque, como ya he dicho anteriormente, son libros independientes y autoconclusivos.
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Tercer libro de la saga de Leire Altuna.

En este caso tendremos como escenarios principales Bilbao y uno de los lugares con más leyendas e historia del país Vasco: Zugarramurdi.

Si habéis leído a Ibón antes ya sabréis que su punto fuerte es la ambientación, sabe hacer que el lector forme parte del paisaje, sienta la humedad del sirimiri y perciba el olor a bosque. Solo falta hacernos sentir el gusto de un Txacolí!

En este caso para mí, el atractivo de llevarnos a Zugarramurdi es máximo, estuve hace un par de años y me pareció un lugar lleno de encanto y encantamientos 😉 de hecho este caso es el que por el momento se lleva mi TOP 1 de la saga (escribo esta reseña estando inmersa ya en el cuarto y último).

Reconozco que no soy muy fan de Leire, la protagonista. Me parece muy inconsciente, toma demasiadas decisiones sin pensar y se mete en unos charcos que para qué… pero claro gracias a eso las tramas se vuelven más interesantes. Además no entiendo muy bien que hace esta muchacha que no es policía metida en estos fregados de investigación, es la única parte que para mi hace aguas.

Siguiendo la estructura de los anteriores, aunque el grueso de la trama se concentra en el pasado, nos iremos encontrando algunos capítulos que nos llevarán a 1610, en pleno apogeo de la “Santa” Inquisición. Estos capítulos me han encantado y se me han quedado cortos, me hubiera gustado saber mucho más sobre esa época y María.

Sin duda un autor que recomiendo conocer.

Esta novela es la tercera entrega de una saga protagonizada por la escritora Leire Altuna y la ertzaina Ane Cestero, pero se puede leer independientemente de las anteriores porque los casos que se plantean quedan completamente cerrados. Hoy os traigo mis impresiones de El último akelarre.
La novela está compuesta de tres subtramas sin aparente conexión entre sí pero que acabarán convergiendo en un final perfecto. Uno de los hilos argumentales se va a desarrollar en Zugarramurdi, a principios del siglo XVII; los otros dos están ambientados en la actualidad.
Bilbao, 2015. Desgarradores lamentos y un inequívoco tufo a carne quemada van a enturbiar el ambiente festivo que se desarrolla a orillas del Nervión, con motivo de una regata. La gente asiste espantada a una muerte en directo. La cruel imagen de una persona ardiendo, cual bola de fuego, a media altura de la chimenea situada en el parque de Etxebarria, va a generar cierta alarma social. El asesino ha querido convertir el crimen en un espectáculo espeluznante, pero ¿Por qué? ¿Estamos ante un escarnio público? Un caso de tal calado social será investigado por Ane Cestero, una competente agente de la ertzaina. Tendrá la ayuda de su amiga Leire Altuna, famosa escritora de novelas de suspense, que se dedicará a investigar el caso de manera extraoficial y que no duda en trasladarse hasta Zugarramurdi tras una pista. Allí se convertirá en testigo de viejas rencillas vecinales y descubrirá un espantoso episodio relacionado con la caza de brujas acaecido en la comarca, cuatrocientos años antes, que sembró de terror a una población apacible.
Paralelamente a esta trama principal, conoceremos a Nekane, una joven quesera de Zugarramurdi que ha sido invitada a participar en un prestigioso concurso de quesos que se celebra en Francia y que esconde un secreto que podría tener relación con los asesinatos acaecidos en Bilbao. Si, lo he dicho en plural porque estamos ante un asesino en serie que está sembrando de terror la ciudad y al que hay que localizar en una carrera contrarreloj antes de que vuelva a matar.
En el hilo temporal del pasado, situado a principios del siglo XVII, se aborda la historia de María de Barrueta, una joven pastora y comadrona de tan solo 18 años. Esta subtrama le sirve al autor para poner de relieve el terror sembrado por la Inquisición en los pueblos del norte de Navarra, la caza de brujas acometida en Zugarramurdi en aquella época. Un episodio vergonzoso de la historia local en el que hubo cientos de detenciones y de falsas acusaciones que desataron el pánico en esta localidad y sus alrededores, llevando a la hoguera a muchos inocentes.
El ultimo akelarre está narrado en tercera persona por un narrador omnisciente y dividido en un total de 63 de capítulos de corta extensión, lo que aporta fluidez y frescura a la lectura. Cuenta con una excelente ambientación, fruto de la labor de documentación llevada a cabo por su autor, en la que abundan las descripciones evocadoras del bucólico mundo rural, recreando escenas de la vida cotidiana con tal precisión que proyecta al lector en un viaje de cuatrocientos años en el tiempo. Escrito con una prosa sencilla y concisa, su narración es fluida, gracias a la cantidad de diálogos que incluye, aunque su ritmo es pausado.
La mayor parte de sus personajes son totalmente ficticios, salidos de la imaginación del autor, e interactúan con otros reales que tienen un papel secundario y que fueron los inquisidores que sometieron la comarca al terror más atroz, ejecutando las torturas más crueles que se puedan imaginar. Menos mal que el autor no ha entrado en detalles escabrosos al narrarlas, y esto es de agradecer, pero aun así ponen los pelos de punta a cualquiera. Leire, la protagonista principal, está poco perfilada en esta novela, me ha parecido algo plana. Supongo que es debido a que es la tercera entrega de una saga y por eso el autor no profundiza mucho en su personaje.
En resumen, El ultimo akelarre es una novela de misterio en la que se inserta un episodio histórico relacionado con el pueblo de los akelarres y la caza de brujas cometida hace cuatrocientos años en el norte de Navarra. Una historia en la que tienen cabida la homofobia, las sectas destructivas, la mitología local, la venganza, la envidia y las viejas rencillas familiares. Una novela que recomiendo si te gusta este género literario y desconoces los horrores e injusticias llevados a cabo por el Santo Oficio y por su excelente ambientación.

Enlace: https://www.mislecturas.es/2..

En esta ocasión, todo empieza en Bilbao mientras se celebra una regata en la que participa Leire. Un acontecimiento que se verá empañado por un macabro asesinato: un joven homosexual ha sido quemado vivo. Evidentemente tanto nuestra escritora como la agente Cestero se acercarán al lugar del crimen a ver qué pueden averiguar.

Un inicio impactante, ¿verdad?

A partir de ahí tanto Cestero como Altuna intentarán averiguar quién ha podido ser capaz de algo así... sobre todo cuando el crimen vuelva a repetirse.
Un grupo de estudiantes homófobos, una secta, celos, codicia... Estas son las opciones que barajan, ¿conseguirán descubrir al culpable y qué lo mueve?

Esta investigación llevará a Leire hasta Zugarramurdi. Allí Leire deberá enfrentarse a secretos tradiciones, odios ancestrales... e intentar descubrir la verdad que hay tras los asesinatos.

Como es habitual, además de la trama del presente, Ibon nos transporta al pasado. al Zugarramurdi de la época de 1610, aproximadamente . En la época en la que la Inquisición campaba a sus anchas, cuando se realizó una auténtica caza de brujas por toda la zona: muchas personas, mujeres sobre todo, fueron acusadas de brujería y fueron torturadas durante meses y murieron quemadas en la hoguera.
Una caza de brujas cuyo recuerdo y cuyas consecuencias aún siguen atormentando a los habitantes de esas zonas, tal y como irá descubriendo Leire.

Una historia tan trepidante como las otras dos, que vuelve a atraparte hasta que ved el desenlace del caso y el final del libro😉

Como os he dicho, con esta historia nos vamos a Zugarramurdi, un lugar que tuve el privilegio de visitar hace unos años. No estuvimos mucho, pero pudimos visitar las cuevas en las que se desarrolla esta novela🤗