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Sang-ho y Ok-young son una rica pareja que lleva 10 años casada y tienen una hija en común Yuji. Aunque para Ok-young es el primer matrimonio, Sang-ho estuvo casando anteriormente, y tiene dos hijos mayores, el callado Hye-seong y la extraña Eun-seong. Un día, de pronto, Yuji desaparecerá. Tenía muchas ganas de leer un thriller surcoreano, pues el cine de suspense que más disfruto es el de Corea de sur y como quería comprobar si eso se trasladaba a la literatura, cogí con muchas ganas esta novela. Y la verdad es que, en parte, ha complido bastante bien. El ritmo de la novela es ágil, aun siendo asiática. Los personajes están bien creados y son creíbles. Todos guardan secretos, todos mienten, pero todos resultan comprensibles. Me gusta mucho cuando doy con personajes así, con claros y oscuros. Los capítulos están divididos de manera que nos permite conocer bien a todos los personajes y no se centra más en unos que en otros. El misterio también engancha y está llevado también estupendamente. ¿La pega? El final. No el final en sí, que me parece bueno y apreciable. Si no más bien el ritmo de las últimas treinta o cuarenta páginas. Digamos que todo se soluciona rápidamente, da saltos demasiado veloces. Además, ocurren situaciones muy importantes para la trama, que básicamente se nombran de pasada, siendo precisamente esos los momentos donde más hincapié debería haber hecho la autora. En fin, un thriller familiar muy entretenido, que se lee de un tirón y con una buena trama, pero que agiliza demasiado el final. Me gustaría leer más cositas de la autora. Ojalá publicaran alguna vez algo más de la ella. |
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