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Solicité este libro a través de la iniciativa Masa crítica, porque tengo bastantes problemas de estómago y el tema me interesaba un montón. Aparte del plan de cuatro semanas en el que se centra esta guía, la autora recomienda pautas de alimentación que podemos adoptar en cualquier momento. Yo ya he empezado a seguir varios de sus consejos: comer despacio, masticar 20 veces cada bocado hasta triturarlo bien, comer piña (preferiblemente antes de las comidas) para hacer mejor la digestión, disminuir poco a poco los refrescos, azúcar, productos procesados... Algunas de estas cosas no eran nuevas para mí, pero el libro me ha dado la motivación suficiente (y las explicaciones necesarias) para llevarlas a cabo. La autora, nutricionista, utiliza un lenguaje cercano y sencillo que facilita el entendimiento de las explicaciones. Te pone en antecedentes: qué elementos componen el sistema digestivo, qué problemas podemos tener con una mala alimentación, etc. En ningún momento se hace pesado y cada detalle es información útil. ¿El mayor punto positivo del libro? Que ofrece ejemplos claros y recetas. Otras publicaciones de esta temática hablan de forma general sobre qué deberías comer, pero te quedas sin saber ¡qué comer exactamente!, sin ideas. «Vale, sí, dejo esto, esto y esto, ¿y qué queda?, ¿qué me preparo para cenar si tengo que prescindir de todo eso?». Este libro te da recetas de desayunos, comidas y cenas e incluso un menú semanal. Te lo pone fácil. Como pequeña pega personal, no me gusta que cada dos por tres la autora recuerde al lector las maravillas de su plan. Se hace pesado ¡y ya tengo el libro!, no tienes que vendérmelo más. En conclusión: tengas o no problemas de estómago, a todos nos conviene cuidar nuestro intestino y mejorar nuestra alimentación. Este libro es una muy buena ayuda para llevarlo a cabo. (Gracias a Maeva Ediciones por el ejemplar del libro y a Babelio por la gestión, a cambio de una reseña sincera). |
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