A contrapelo

Tradicionalmente “Al revés” o “A contrapelo”, según la traducción del título original en francés, “À rebours”, ha sido considerada como una obra maestra del decadentismo, publicada en 1884, por un autor francés, Joris Karl Huysmans que en sus inicios pertenecía al círculo naturalista de Zola, aunque con «El revés», precisamente, comienza su giro hacia el simbolismo y el decadentismo, corriente que propugnaba que el arte es superior a la naturaleza, que la existencia humana solo merece vivirse como una obra de arte y que tiene sus precedentes literarios en Baudelaire y Verlaine.
Yo he llegado hasta esta novela tras leer “Sumisión” de Houellebecq, novela cuyo protagonista es un profesor universitario especializado en Huysmans, profesor que hace continuas referencias a “Al revés”, novela protagonizada por el misántropo Des Esseintes, un aristócrata snob, que tras una vida disipada, abandona el cosmopolitismo conformista e hipócrita de París, y se retira a una casa de provincias para llevar su individualismo y su excentricidad a los más extravagantes extremos, rodeándose de todos los exponentes de la literatura, el arte y el sibaritismo que marcaron la decadencia de las diversas civilizaciones que han recorrido la historia, desde la romana hasta la contemporaneidad del protagonista. Y así, con una extravagancia tras otra, Des Esseintes acabará cayendo en la neurosis, en la autoliquidación, como acabaron cayendo todos los imperios, que avanzan siempre en contra o al revés de la razón, en contra del sentido común y en contra de la naturaleza. A Des Esseintes le propone su médico que, para curarse, regrese a la vulgaridad de la vida en común con el resto de sus iguales, de los hombres y que abrace la Fe…
En su momento esta obra desencadenó muchas polémicas y provocó tanto desconcierto y tanta admiración como rechazo. de hecho, se dice que Des Esseintes fue la fuente de inspiración para el personaje de Dorian Gray de Oscar Wilde y Proust lo tomó también como modelo para su personaje del barón de Charlus, en “En busca del tiempo perdido”.
Huysmans intentaba con “Al revés” abandonar las convenciones de la narrativa y para ello se aleja de la intriga tradicional de las obras de ficción para centrarse en los elementos más descriptivos y subjetivos. Es un relato que se limita a exponer detalladamente la existencia interior y exterior que su protagonista lleva en su lugar de retiro. Describe la literatura que frecuenta su protagonista, las flores, los perfumes, la música que escucha, los licores con los que se embriaga, las piedras preciosas o los objetos de arte de los que se rodea…
“Al revés” o en definitiva, es una obra que pretende comunicar toda la angustia y el pesimismo de una época, todo el desdén hacia las convenciones pequeñoburguesas y la vulgaridad de ese final de siglo XIX que su autor estaba viviendo.
En realidad a mí se me ha antojado una novela bastante tediosa, aunque tiene su punto de interés, porque te conduce a reflexionar en el decadentismo y el pesimismo de la sociedad actual…

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