Los Miserables

Que este libro es una obra maestra, sí. Que tiene trozos más densos en los que Víctor Hugo nos hace una exposición o digresión sobre temas que a lo mejor parece que no tiene nada que ver con la obra pero que no es así, también.Al haber leído este libro en lectura conjunta con un grupo de amigas he podido sacarle muchísimo más que si lo hubiese leído yo sola. Los personajes están magníficamente creados por el autor, son personajes completos, con sus luces y con sus sombras. Y eso hace que sean inolvidables.Una vez cerrado el libro y reposado, se da uno cuenta de que esas partes más densas hacen que la historia quede más completa y que es un libro que merece la pena ser leído y subrayado porque tiene frases memorables.

"Los Miserables" se adentra en los rincones más oscuros de la condición humana, pero mi experiencia con esta obra maestra merece una valoración de 3,5 estrellas de 5. La vastedad de la trama y la profundidad de los personajes de Victor Hugo crean una narrativa que oscila entre lo épico y lo íntimo, pero en mi travesía por sus páginas, digamos que me encontré navegando por aguas turbulentas.

Desde el principio, me cautivó la figura de Jean Valjean, cuya transformación de ex-convicto a héroe redentor es digna de admiración. Hugo teje su historia con hilos de compasión y humanidad, pintando un retrato vívido de un París del siglo XIX marcado por la miseria y la desigualdad. Sin embargo, a medida que la trama se desenvolvía, me vi desviada por las extensas reflexiones políticas y sociales que, aunque fundamentales para la trama, a veces amenazaban con opacar la esencia misma de la historia.

Las páginas dedicadas a la historia de amor entre Marius y Cosette evocan ternura y emotividad, pero en algunos momentos, la narrativa se tornaba excesivamente detallada y dispersa en subtramas aparentemente interminables. La maestría de Hugo para entrelazar múltiples hilos narrativos es innegable, pero en mi experiencia, esto resultó en una cierta desconexión emocional con los personajes principales.

Admiro la audacia del autor para abordar temas universales como la redención, la justicia y la lucha contra la opresión. No obstante, me encontré enredada en discursos filosóficos que, aunque ricos en contenido, a veces rompían el ritmo y la fluidez de la lectura. En este sentido, la extensión de la obra, aunque grandiosa en su ambición, puede alienar a algunos lectores que buscan una experiencia más ágil.

A pesar de estas reservas, "Los Miserables" es innegablemente una joya literaria que resuena a lo largo del tiempo. La capacidad de Hugo para capturar la complejidad de la naturaleza humana y explorar la redención de sus personajes es digna de aplauso. Mi calificación no disminuye su importancia histórica ni su impacto cultural, pero refleja la sensación de haberme perdido en ocasiones en el laberinto de sus páginas densas y detalladas. En última instancia, "Los Miserables" es una obra monumental que, aunque desafiante, deja una huella imborrable en aquellos dispuestos a sumergirse en su vasto universo.

Llevo varios años con este libro en mi lista de "pendientes", sobre todo desde que vi la película del musical del 2012, pero año tras año, la extensión de la novela era lo que frenaba mi entusiasmo. En este tiempo he escuchado la BSO infinidad de veces porque me tiene enamorada y he visto la película otras tantas, así que no es de extrañar que, al empezar el libro, tuviera la sensación de que me reencontraba con amigos que llevaba tiempo sin ver: una sensación agradable y reconfortante. Considero que es la mejor predisposición a la hora de sumergirse en una nueva lectura.

A pesar de que las descripciones difieren entre el libro y la película, no pude evitar imaginarme a cada personaje con el aspecto y las voces de la versión del año 2012. Esto ayudó mucho a convertir 1600 páginas en una lectura agradable y ligera. Sí, habéis leído bien, he usado la palabra "ligera". Cada día tenía ganas de sumergirme en sus páginas y me molestaba cuando no podía leer más de un capítulo.

En cuanto a los personajes, el primero de nuestros protagonistas es Jean Valjean, un hombre grande, fuerte y miserable que arruinó 19 años de su vida, y la de su familia, por robar una hogaza de pan. Perseguido por el frío, el hambre y una profunda sensación de injusticia, acaba llamando a la puerta del afable obispo Myriel. Este fortuito encuentro hará cambiar la actitud de Jean Valjean, quien tratará de enderezar su vida y redimirse.
Sin embargo, el implacable policía Javert, un hombre de mente cuadriculada y obsesionado con la justicia, considera que un criminal no es capaz de redimirse. Por esa razón sigue el rastro a Jean Valjean a lo largo de los años.
La presencia de Fantine es anecdótica porque apenas tiene relevancia en la historia. al contrario que su hija Cosette, quien estará ligada a la suerte de Jean Valjean.

La historia se divide en varios "libros" y a medida que avanzamos veremos las desventuras de Jean Valjean. Cómo logra gracias a su ingenio librarse de la policía o los compinches del señor Thénardier, cada vez que sus caminos se cruzaban. Todo ello me pareció muy interesante.

Sin embargo, cuando Marius entra en escena y observamos cómo se enamora de Cosette aún sin conocerla, noté cómo el ritmo de la historia se resentía un poco, dando paso a capítulos un tanto insulsos. Sobra decir que me pareció un personaje bastante plano con el que no llegué a empatizar. Por desgracia, al estar ligado a Cosette, ella también fue perdiendo su importancia y hacia el final del libro terminó mostrándose bastante ingrata.

Hay personajes secundarios, como Gavroche o Éponine, que destacan por si solos e incluso a veces brillan más que los protagonistas.

Por otra parte, cuando se inicia la revolución, que tarda un poco en tomar fuerza, las descripciones de la batalla en la barricada me tuvieron muy enganchada, las páginas pasaban volando entre mis dedos. Recordemos que todos los acontecimientos importantes ya los conocía, pero eso no impidió que disfrutara de la lectura como si fuera la primera vez que oía hablar de esta historia.

Hay algo que me desconcertó bastante y me dejó una extraña sensación. SPOILER. Ser testigo de cómo Jean Valjean confiesa su mayor secreto, que es un presidiario fugado, a Marius. Entiendo que era prisionero de esa mentira y era su única forma de sentirse libre, pero ¿por qué elegir a Marius?. Y a raíz de esta decisión, su relación con Cosette se ve afectada hasta el punto de casi desaparecer. No me parece justo para Jean Valjean después de sufrir durante toda su vida. FIN SPOILER.

Como no podía ser de obra forma, el final hace honor al título de la novela. Me dejó una sensación un tanto agridulce e injusta.

Leer Los Miserables ha sido una gran y gratificante experiencia. No es un libro fácil, pues el autor dedica muchas páginas y extensas descripciones para narrar los acontecimientos y contextualizar la trama. Se trata de una obra monumental donde podemos encontrar bondad, maldad, marginación, redención, amor, justicia, libertad y fe.

Saludos;)

🥖 Robar un pan para alimentar a sus sobrinos llevó a Jean Valjean a pasar diecinueve años en la cárcel, y de éste estigma que lo acompaña solo se apiadará el bondadoso obispo de Digne, quién le brinda la oportunidad de elegir entre el la oscuridad o llevar un vida alejado de la delincuencia y el crimen. 💰

💫 A partir de ahí el expresidiario intentará practicar la virtud y la bondad en una Francia revolucionaria y diferentes personajes se cruzarán en su camino para ponérselo harto complicado y sacar a relucir su pasado. 🤦

💪 Posiblemente sea la reseña más complicada hasta ahora, y es que me resulta casi imposible abordar una obra tan extensa y tan redonda en tan solo unas pocas líneas. Veamos qué sale... 🤞

🌾 Sin adornos, pero con todo el detallismo posible tanto en la descripción de personajes como de espacios físicos o de hechos históricos, Los miserables representa la encarnizada lucha entre el bien y el mal, entre lo que deseamos y lo que la sociedad nos obliga irremisiblemente. 🚫

&#xNaN Se reconoce una profunda denuncia de la (in)justicia, del pensamiento determinista, que encamina al pobre al delito y al crimen como método de subsistencia, y la defensa de una sociedad progresista, basada en la ciencia y en la educación universal, retratando así a un Víctor Hugo muy adelantado a su tiempo en numerosos aspectos. 👏

5 Dividida en cinco partes, cuatro de ellas nombradas con personajes principales de la trama, y de alguna manera representantes de los estamentos más vapuleados socialmente como lo son la infancia, la mujer, el joven idealista y el injusto y pobre presidiario. 🚔

🍂 Pero tras la pesada cortina de degradación y de desesperanza se esconde lo único que verdaderamente puede hacer a las personas obrar de manera desinteresada y generosa hacia el prójimo; el amor. Los miserables también es amor; el que se da entre dos jóvenes enamorados, pero también el de un padre por su hija, el de un abuelo por su nieto o incluso el irrefrenable amor por la patria. 🌄

📘 No se puede uno adentrar en semejante obra sin estar completamente convencido de ello. Aunque cuenta con una trama trepidante, famosas son las digresiones que pueblan la lectura en las que de manera escrupulosamente pormenorizada, el autor se recrea en describir la batalla de Waterloo, la vida en un convento, o la historia y el origen del alcantarillado parisino. Por no mencionar que hacen falta casi cien páginas para que aparezca el protagonista... 🤯

🏃 El esfuerzo merece la pena, con creces. Es de aquellas obras que te hacen replantearte toda lectura anterior y futura. Es redonda, es perfecta de inicio a final. Y recomiendo leerla sin saltarse ningún pasaje. 🙅

👉 ¿La habéis leído o tenéis pensado hacerlo?¿Cuál es la obra más extensa que habéis leído? 🤷

Ante la duda, lean. 📕

A ver por dónde empiezo yo a hablar de una de las consideradas obras cumbres de la literatura: Los miserables, de Víctor Hugo.

El año pasado leí Nuestra señora de París como primer acercamiento al autor, porque esta obra de la que hablo hoy me daba mucho respeto por su extensión. Me encantó, así que no podía retrasar más la lectura de Los miserables.

Es esta una lectura compleja; primero, como decía, por su extensión, y, segundo, por todo lo que abarca, con su parte de novela, los ensayos que se marca el autor y también por su parte filosófica. Ya pude conocer en Nuestra señora... esa característica de Víctor Hugo de dejar el relato principal de lado por un rato y ponerse a hablar de cualquier cosa mientras tú te quedas con la miel en los labios queriendo saber más sobre lo que les pasa a los personajes.

Aquí reside, como decía, la complejidad de este libro, y es que, si no entras en su juego, puedes llegar a odiarlo. Por suerte, al saber a lo que me enfrentaba y al haber sido una lectura que he hecho en varios meses, lo he llevado bien. Cierto es que algunas partes han sido densas (la explicación de las historia de las alcantarillas de París por ejemplo 🤣), pero otras de sus digresiones sí que me han gustado e interesado mucho.

Dicho esto, y "advirtiendo" un poco a posibles futuros lectores, vamos allá con todo lo bueno que nos regala esta fascinante historia.

Una historia con unos personajes para enmarcar, con una trama también de quitarse el sombrero y con un final no menos espectacular para rematar tremendo librazo. Acompañar a Jean Valjean, a Fantine, a Marius, a Cossete y a ese amplísimo y formidable abanico de secundarios ha sido un verdadero placer, sufrir con ellos —porque sí, aquí hemos venido a sufrir, básicamente—, amar a algunos y odiar a otros, quedarte con la boca abierta en muchas escenas (especialmente en una que no olvidaré nunca).

Todo eso y más contiene este tochazo, que no puedo más que recomendaros encarecidamente. Para leer con paciencia, sabiendo un poco a qué nos "enfrentamos" y disfrutando de esa trama y personajes tan potentes que contienen estas páginas.

Han sido unos tres meses de lectura en la que me ha acompañado @librosbykenia, que siempre es un placer. Tiempo suficiente para que al terminar haya sentido un pequeño vacío de no volver a saber más de los personajes, pero que me ha dejado con una sensación de haber leído uno de los libros de mi vida.
La edición en la que lo he leído, que ya de paso aprovecho a @alianzaeditorial el que me la haya enviado, es una maravilla, como podéis ver en las fotos (que vale que no me han quedado muy allá, pero creo que se puede apreciar). Traducción de María Teresa Gallego Urrutia, que sin tener ni idea yo de esto, creo que es muy buena, y con anotaciones al pie también muy útiles.
No os lo perdáis.

Los miserables del escritor francés Víctor Hugo es una novela clásica acerca de la pobreza y los valores en una época decisiva en la historia de Francia. Ediciones Dos Puntos lanzó esta versión adaptada para niños en 2021; me interesa revisar este tipo de lectura precisamente para compartirla con los pequeños lectores. He leído otras obras de la misma editorial las cuales han presentado diversos errores tanto de ortografía como redacción; sin embargo, ésta tiene un mínimo. Respecto a la novela, Jean Valjean es un hombre quien siempre ha hecho obras en beneficio de los demás y aun así fue a parar a la cárcel. Valjean sale de prisión y no es bienvenido en ningún lugar debido a sus antecedentes penales. El obispo Myriel lo recibe, Valjean traiciona la confianza del obispo al hurtar un juego de cubiertos de plata; Valjean regresa y se conmueve al escuchar al obispo dándole perdón por lo que ha hecho y regalándole un candelero de plata. Pasan los años, Valjean ya como don Magdalena, hombre próspero, dueño de varias fábricas está en la mira del inspector Javert quien siempre ha tenido sospechas del pasado de este hombre. Por otro lado, una joven mujer, Fantina trabaja en una de las fábricas de don Magdalena. Ella tiene una pequeña hija a quien dejo con los Thenadier quienes siempre le estaban pidiendo dinero por cuidar a Coseta (en la versión original es Cosette) y la maltrataban. Don Magdalena se entera de esto cuando Fantina se enferma. A la par de estos sucesos, un hombre es condenado bajo el nombre de Jean Valjean y el verdadero se entrega a las autoridades; es condenado y en una oportunidad escapa nadando. Su intención es recuperar a Coseta porque ya se ha dado cuenta de los malos tratos que recibe la niña en casa de los Thenadier; Fantina fallece y Jean toma a la pequeña para llevarla a vivir con él como su hija. Un nuevo personaje es Mario quien vive con su abuelo Lucas Gillenormand, un hombre muy rico cuya hija menor se casó con Jorge Pontmercy y dio a luz a Mario. al morir la madre de Mario, el abuelo Lucas amenazó a Jorge con desheredar al pequeño nieto si no lo dejaba y desaparecía por siempre. Fue así como Jorge dejo a Mario en manos del abuelo Lucas. En 1827, Mario cumple diecisiete años, es abogado y tiene amigos con nuevas ideas políticas. Mario se enamora de la joven Coseta ahora de dieciséis años, la conoció cuando ella paseaba con el anciano “Señor Blanco”. Valjean encuentra una carta de Coseta para Mario y entiende el amor verdadero entre ellos; sale a buscar a Mario en una barricada y encuentra al inspector Javert a quien salva; también encuentra a Mario malherido, lo lleva a la casa del abuelo Gillenormand. Mario y Coseta contraen matrimonio en 1833 mientras Valjean ahora conocido como Fauchelevent confiesa sus secretos a Mario y decide ir a vivir lejos de ellos. Mario investiga sobre el pasado de Valjean, se da cuenta que él solamente ayudo a otras personas y siempre recibió desgracias. En las últimas páginas de esta edición esta una lectura de apoyo socioemocional, una carta de una niña para su tía quien vive en los Estados Unidos y le describe sus impresiones sobre Los miserables. También hay un cuestionario con quince preguntas de comprensión lectora. Lo recomiendo para lectores a partir de los ocho años y de preferencia, leer en compañía de los padres o tutores.

Como obra: 5/5
Opinión personal: 3/5

Antes de nada me gustaría decir que mi calificación no es la realidad del libro, sino como me ha hecho sentir la lectura. Por ello, recomiendo leer el libro para tener una opinión propia y saber cómo es en realidad. Sí, ya sé que son 1400 págs., pero es lo que recomiendo.

Lo primero, decir que el libro en sí es una obra maestra. Esto lo sabe todo aquel que no habiendo leído el libro, haya oído previamente la historia o simplemente haya visto la película de Hugh Jackman. Es cierto que hay grandes diferencias en cuanto a la profundidad de los personajes, pero no le resto calidad a la película. En cuando a los personajes del libro, sólo puedo decir que están muy bien perfilados y conectados entre sí. Por otro lado, los capítulos que tratan sobre datos históricos están muy bien detallados. Debo decir que se agradece poder leer algo escrito por una persona que vivió la realidad de aquel suceso: conocer la historia de primera mano es muy diferente a una historia ambientada en tal año.

Como opinión personal... aquí la cosa cambia. Valoro mucho la profundidad de cada personaje: están construidos de forma muy detallada. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de los capítulos en los que el escritor se explaya con datos históricos. Hay un libro para la batalla de Waterloo, otro para las monjas benedictinas e incluso otro que trata sobre la historia de las alcantarillas, y así con muchas otras cosas como la historia de la casa donde viven Valjean y Cosette: varios capítulos solo para decir que la casa era el lugar de encuentro romántico de un burgués casado. En fin Como capítulos históricos están bien, pero como capítulos para desarrollar la historia, pesan. Si a eso le sumamos el tipo de escritura, la narrativa se vuelve muy densa.

Desgraciadamente, esto ha sido lo que me ha desinflado. Empecé con muchas ganas, pero poco a poco me he ido viniendo abajo porque me resultaba muy pesado. Me ha costado, y mucho.

En definitiva, reconozco que es muy buen libro. de hecho, lo considero lectura obligatoria. Creo que es importante conocer no sólo las revoluciones y la Restauración, sino conocer un punto de vista profundo desde el lado de aquellas personas que sufrieron las consecuencias de los cambios (los miserables). Sólo le recomiendo al lector que a la hora de leerlo, se tome su tiempo y mentalmente se preparare para algo que le va a llevar horas de lectura.

Si usted lector se encuentra entre los miles y miles de entregados admiradores de esta obra tengo el deber de advertirle que las palabras que leerán a continuación pueden herir su sensibilidad.

Los miserables es la narración de una lucha a muerte. Una lucha que más o menos se podría presentar de la siguiente manera:

En la esquina derecha del ring, distinguido por una luz interior, de una magnificencia sobrehumana, vejado por las mayores injusticias, héroe de las más despiadadas tragedias, ataviado con un abrigo amarillento, raído y entallado, con sombrero deformado: el “EX PRESIDIARIO ANGUSTIADO“…JEAAAAAN VALJEAAAAN, ¡¡¡el éxito del hombre, la encarnación del perdón!!!

Al otro lado, portador de enormes patillas, engalanado con un levitón largo y esgrimiendo un garrote amenazador, con la mirada oscura, la boca fruncida y temible, y un gesto feroz de mando: “PERRO DE PRESAAAAAA” JAVEEEEERT, ¡¡¡representante de la ley ciega, de la imposibilidad de la redención, emisario plenipotenciario del castigo implacable y terrible como única respuesta al delito!!!

Tan desigual combate se resuelve, como no podía ser de otra manera, por K.O en la quinta parte, libro tercero. Un triunfo que lleva aparejada la gran victoria de la idea que vertebra toda la novela: la bondad innata del hombre, esa bondad que permitirá, más tarde o más temprano y gracias a la educación universal, alcanzar el paraíso en la tierra.

Esta ingenua idea del hombre junto con la descarada parcialidad exhibida no hubieran sido suficientes para molestarme en la forma en la que lo ha hecho. Es más, el estilo de Víctor Hugo, en contra de la opinión de Flaubert —incorrecto y vulgar— me ha parecido que alcanza, en no pocas ocasiones, una gran altura, que su lirismo apasionado, potente, su prosa derrochadora y rica me habrían compensado sobradamente tal candidez y tan escandaloso favoritismo. Pero por lo que no hay compensación posible, lo que soy incapaz de perdonar, es su portentosa necesidad de comunicarnos sus vastos conocimientos sobre los temas más variopintos y aburridos, su viciosa inclinación a apabullarnos con detalles y explicaciones cargantes e innecesarias, evitando así al torpe lector todo esfuerzo de su escasa imaginación, su tendencia al retorcimiento de la historia hasta límites paródicos, su gusto por los hechos sorpresivos, coincidencias inexplicables, encuentros inverosímiles y efectistas, su grave inclinación al melodrama, a los amores castos y desgarradores, a los odios desaforados, a las intolerables miserias, su devoción por personajes que son encarnaciones puras, simples y asexuadas, símbolos de lo más excelso y lo más bajo del ser humano y siempre bajo el prisma romántico que sitúa lo emocional muy por encima de lo racional.

Conste que avisé.

Cuando era niña me interesaba casi exclusivamente por la trama y los personajes. Normal.
Más tarde comencé a apreciar las digresiones del señor Hugo que adora dar una opinión sobre todo y cualquier cosa.
Un ejemplo de ello:
Fíjese en sus consideraciones sobre el guano y su análisis sobre el costo ecológico y económico de la mala gestión de residuos...
Yo digo que si generaciones de maestros de escuela hubieran enseñado a los futuros líderes de Los paises desarrollados que "Los Miserables" también debe servir para aprender a pensar y a ser más inteligente, sin duda habrían hecho un trabajo útil.

A mí me gusta todo de Victor Hugo.
Su universalismo, su grandeza de vista, y también su espontaneidad e ingenuidad en su posición de narrador omnisciente (y megalómano).

(citación traducida por "reverso":
"Ella caminaba inclinada hacia adelante, con la cabeza agachada, como una vieja; el peso del cubo tendía y cubría sus brazos delgados; el asa de hierro terminaba de adormecer y congelar sus pequeñas manos mojadas; de vez en cuando se veía obligada a detenerse, Y cada vez que paraba, el agua fría que salía del cubo caía sobre sus piernas desnudas. Esto sucedía en el fondo de un bosque, de noche, en invierno, lejos de toda mirada humana; era un niño de ocho años. En aquel momento solo Dios veía esta cosa triste. »

Tanto si reflexiona sobre la historia como si nos guía en sus historias, siempre está ahí Hugo, contagioso en sus indignaciones como en todas sus emociones, es esta sinceridad lo que me toca,
y cuando al lector le suben lágrimas , yo creo que Hugo había sido el primero en llorar por la historia que inventó para regalarnos.
En verdad, mi «personaje» favorito de los Miserables, ¡es Victor Hugo!

Anticipándose 200 años al metaverso, Víctor Hugo construye un universo paralelo en el que te sumerges de una manera total, completa. Después de 4 meses de lectura, alternando con otros libros para respirar algo de aire, por fin llego a la piedra en el rincón. La obra es monumental. Los personajes son inolvidables: Jean Valjean, virtuoso y honorable hasta la autodestrucción; Javert, recto e inquebrantable como un roble pero incapaz de soportar los vaivenes de la conciencia; Cosette, inocente e ingenua pero resiliente como un peñasco en medio de la tormenta; el pequeño Gavroche, inteligente, lenguaraz, libre y rebosante de vida. Hugo pinta no ya un fresco, sino todo un mundo para recrear su historia. Es como esos videojuegos de territorios infinitos por explorar. Cargado de un racionalismo heredado de la ilustración Víctor Hugo escribe un alegato a favor de los miserables de París, que son los miserables del mundo. Es interesante en este sentido leer acerca de los cambios ideológicos que sufrió Hugo a lo largo de su vida.
En fin, creo que es una de esas obras que hay que leer. Requiere tiempo, paciencia y dedicación pero la recompensa vale la pena.
¡Ah, si! Las famosas digresiones. Bueno, hay que reconocer que Víctor Hugo es el campeón de Europa de irse por las ramas. Ya no voy a entrar en la cuestión de si molesta más o menos que cuando más enfrascado estás con la historia va el tío y te mete una descripción de la batalla de Waterloo de tropecientas páginas. Igual de célebre es su descripción del sistema de alcantarillado de París. ¿Es necesario? No sé. Creo que estos pequeños (y no tan pequeños) paseos por los cerros ubetenses hacen que la obra sea más total y trascienda más allá del relato. Además, siempre está nuestra habilidad como lectores consumados para la lectura en diagonal. En fin, una novela descomunal, con personajes que se salen de las hojas, con una ambientación exhaustiva y una historia emocionante.