Tengo las expectativas muy altas puestas en las novelas de Máximo Huerta y, quizás, por eso exijo más a sus libros. Tras leer «No me dejes», busco esa historia intensa y sensible, tan magistral, en el resto de sus libros. Sin embargo, «Firmamento», aunque tiene una premisa novedosa, cierto juego de despiste y una estructura también peculiar y de fácil lectura, es bastante flojita. Es la historia de amor, así como sus pesares, de dos adultos maduros, que se encuentran en un retiro en la playa. Está dividida en tres partes, una primera en donde se nos narra el encuentro, una segunda compuesta por cartas, y una tercera para desenvolver el final de la historia que, en cierto modo, está viva y parece que puede mutar en cualquier momento. A pesar de que podría ser muy interesante, a mí se me ha hecho una historia facilona y sobrecargada. Amor, en momentos, desubicado. Expresiones también desubicadas y más torpes de lo que Máximo nos tiene acostumbrados. Me quedo con alguna que otra buena frase, de esas que ya caracterizan a Máximo, pero poco más. Ahora bien, le seguiré leyendo. |