Hugh Howey consigue crear un mundo opresivo, asfixiante, lleno de tensión e intriga que no hace más que crear en el lector una sensación de querer seguir leyendo sin parar. Personajes bien trabajados, historia profunda y una forma de escribir sencilla, directa al grano, que te deja en suspense al final de cada capítulo y te obliga a leer el siguiente.
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