Buen libro que demuestra que el amigo Houellebecq sigue en forma. La sensación de derrota y desesperanza que transmite en aplastante. Pese a esto, he de decir que no es su mejor novela y que transmite cierta impresión de algo ya leído. de hecho, alguien podría acusar a Houellebecq de escribir siempre el mismo libro, pero esas son sus obsesiones y es lógico que sobre ellas escriba, nos guste o no.
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