The Great Game

Leo la última página, cierro el libro y, tras posar la mirada en ese punto irrelevante de la pared al cual acudimos cuando tenemos una reflexión honda, pienso que es incomprensible que este libro aún no haya sido traducido al español. En efecto, este ensayo únicamente se puede disfrutar en su versión original, en inglés. Lo que es el azar. Llegué a esta obra tras concatenación de recomendaciones: en “¿Quién domina el mundo?” Chomsky recomendaba la lectura de “Políticas violentas” de William R. Polk, y fue en este último ensayo en donde se apuntaba la existencia de un brillante libro sobre la geopolítica en el Asia Central del siglo XIX. Polk se refería, evidentemente, a “El Gran Juego” de Peter Hopkirk.
Este Gran Juego hace referencia a los movimientos que, desde el siglo XVII a principios del XX, realizaron el Imperio Británico y la Rusia Imperial en la zona que actualmente ocupan las Irán, Irak, Afganistán, Pakistán y los países del Cáucaso y del Caspio para asegurar, los primeros, y tratar de arrebatar, los segundos, el dominio de la joya de la corona del imperio de la reina Victoria: la India. Hopkirk, periodista de profesión que escribió a lo largo de su vida seis libros sobre diversas cuestiones del Asia Central, nos arrastra con su prosa ágil y cargada de anécdotas, hacia esas tierras inhóspitas e inexploradas entonces, a lo ancho de las cuales una sucesión inagotable de aventureros y buscadores de prestigio arriesgaron sus vidas (casi siempre con un destino fatal) por lograr información de inteligencia relativa a rutas, pasos de montaña, fortificaciones, defensas, poderío de los ejércitos rivales, comercio, etc., que servirían a sus países para defender mejor sus intereses. Estos aventureros, a los que coherentemente se les denomina jugadores, eran, en su mayoría miembros de los respectivos ejércitos británicos y rusos.
El autor inglés divide su obra en tres grandes partes: Los inicios, los años Medios y los años Climáticos. En cada uno de ellos desgrana con precisión y conocimiento (la bibliografía aportada y sus numerosas referencias evidencian una labor de documentación exhaustiva) los pasajes que atesoran las acciones y omisiones de estos héroes aventureros, algunos de los cuales buscaban con encono sentir “el frío acero cruzando sus gargantas” por la gloria de su emperador o emperatriz. En esta amena lectura encontramos muchas referencias a la obra “Kim” de Kipling, puesto que este personaje se basaba en la figura de los jugadores reales de “El Gran Juego”. de hecho, Hopkirk culminaría su obra con un monográfico sobre el personaje de Kipling titulado “Quest for Kim: in Search of Kipling's Great Game”.
En definitiva, mediante esta reseña me gustaría reivindicar dos cosas: la primera, que una editorial se lance a traducir esta maravilla de ensayo; y la segunda, que todo lector, con un nivel medio de inglés, invierta un puñado de euros en esta lectura que va a devolvérselos, multiplicados exponencialmente, en saber y disfrute.