Eleanor es un libro muy especial, casi tanto como su protagonista. le he leído por recomendación y la verdad es que no entiendo como esta novela no ha caído antes en mis manos. Es de esas en las que cuando acabas te quedas pensando y tiempo después de haberla leído sigue navegando por tu mente. Nada más comenzar a leer, vemos que es rara, muy rara. Eleanor es ella, es Eleanor y sólo con eso va a conseguir cautivarnos. Al principio tienes reticencias, al menos en mi caso, pero la misma curiosidad por saber cómo se va a desarrollar la novela con tan poco hace que sigas leyendo, y poco después llegas a un punto en el que ya no puedes parar. Tenemos como protagonista principal a Eleanor, su trabajo, sus manías, y su manera tan rara de llevar el día a día y su vida. Casi no se relaciona con nadie, además tiene una manera muy rara de expresarse y en muchas ocasiones es tan franca que, lógicamente, no cae bien; en muchas ocasiones la gente no está preparada para escuchar la verdad, o no quiere. Eleanor conoce a un chico, por así decirlo, que trastoca totalmente su vida. Además por algún misterio empieza a relacionarse algo más con un compañero de trabajo, Raymond, al que también por algún misterio le cae bien Eleanor y poco a poco se podría decir que se vuelven amigos e intentan ayudarse mutuamente. Descubrimos pinceladas del pasado de Eleanor, de su infancia, a lo largo de la lectura, que ya nos hace sospechar que es lo que ha influído para que sea como es: orfanatos, casas de acogida, una madre que la odia, entre otras cosas, es lo que hace que poco a poco la entendamos y al final nos encariñamos con ella y simpatizamos más de lo que al principio del libro pensé que me iba a pasar. A pesar del drama, Eleanor consigue en más de una situación sacarnos una sonrisa, lo cual provoca que la lectura sea más fluida y adictiva. No todo son penurias, por lo que no se hace una lectura densa. Es una novela preciosa, que recomiendo totalmente. |